PRIMERAS
FIESTAS DE AVIACIÓN EN 1910.
No
pudo Málaga asistir a los maravillosos espectáculos de la
aerostación de finales del siglo XIX. Su orografía y su proximidad
al mar fueran las causa de este alejamiento o lo fuera la ausencia de
promotores para estas nuevas
ciencias, que
se presentan como verdaderos números circenses.
Cuando
los hermanos Wright consiguen volar por primera vez con un aerodino
más pesado que el aire el 17 de diciembre de 1903, un viento de
entusiasmo envuelve a los hombres de la vieja Europa que intentan
poder observar con sus propios ojos esta nueva maravilla, la
aviación.
En
España, es Barcelona quien tiene este privilegio, con la
organización de las primeras fiestas de aviación celebradas en
nuestro país. Los vuelos los realiza el piloto francés Lucien Mamet
a los mandos de un maravilloso Bleriot XI, el 11 de febrero de 1910,
en los terrenos del Hipódromo Can Tunis.
En
Málaga, un grupo de entusiastas encabezados por Juan Ponce de León
y Encina, rápidamente se ponen a la tarea, con objeto de poder
celebrar unas fiestas de aviación en el verano de 1910.
Constituida
formalmente la Comisión de Aviación, ésta inicia sus trabajos
contactando con los aviadores que habitualmente participan en las
distintas fiestas organizadas en otras ciudades españolas.
Al
no existir todavía ningún aviador español por estas fechas, se
acude a los pilotos franceses, cuya cercanía geográfica les permite
acudir a los certámenes españoles con asiduidad, incluso algunos de
ellos fijan su residencia en España.
Una
vez localizados los pilotos, con sus aeroplanos, la Comisión busca
un lugar que permita realizar los ejercicios de aviación. El lugar
elegido, cercano a la capital, debe permitr el acceso multitudinairo
de los malagueños, y al mismo tiempo no ofrecer peligros para los
aviadores.
Se
decide la Comisión, entre los lugares visitados, por la Playa de la
Misericordia, lugar libre de casas y árboles y no muy lejano del
casco urbano, que por esos días concluye en la barriada de Huelín.
La
dirección técnica del certamen, se pone a cargo de Monsieur S.
Mole, ingeniero de minas y gerente de la Société Ponhtieu
Automóviles de Paris, técnico conocedor de los aeroplanos.
Concluidos
los preparativos, se fija la fecha de las Fiestas de Aviación para
los días 28, 29, 30 y 31 de agosto y 1 de septiembre de 1910. El
programa oficial de las experiencias de aviación pretende ser el más
amplio de los celebrados hasta la fecha en España, y está sujeto en
su desarrollo a los reglamentos de Federación Aeronáutica
Internacional.
Pero
el adecuado seguimiento de la prueba, por parte de los espectadores,
en el centro del aeródromo se levantarán dos mástiles. En uno de
ellos se instalará un anemómetro, que permitirá verificar si la
velocidad del viento supera los 7 m/s, en cuyo caso no podrá
exigirse la ejecución d los vuelos, por el peligro que esta
circunstancia representa para los pilotos.
En
el toro mástil se izarán unas banderas indicadoras del desarrollo
de los vuelos, a saber; bandera negra, no se vuela; bandera blanca,
se volará probablemente; y la bandera roja, se vuela. Estas mismas
banderas se izarán en la torre de la Catedral para informar a los
espectadores y así evitar su viaje hasta el campo de vuelos, en el
caso de que se produjese la suspensión del espectáculo.
Las
experiencias empezarán todos los días a las cuatro de la tarde. Si
por causas atmosféricas no pudieran celebrarse el público tendrá
derecho a la devolución del dinero de las entradas, siempre y cuando
no se hayan realizado al menos dos vuelos. La entrada al campo de
aviación es de 1 peseta y la silla de tribuna general cuesta 3
pesetas.
El
25 de agosto se reciben en la estación de ferrocarril de los
Andaluces los dos aparatos para el concurso, un Bleriot y un Farman.
A los aviadores, Mollieu y Jullerot se les espera en el expreso del
día 26 de agosto.
El
Farman es un biplano monoplaza dotado con motor rotativo Gnome de 7
cilindros y 50 HP. Su velocidad máxima es 60 km/h y sus dimensiones
son: envergadura 10 metros; longitud 12 metros y altura 3,5 metros.
Fabricado por los hermanos Henri y Maurice Farman, en Billancourt
(Francia), el Farman II, su denominación oficial, está dotado con
un timón de profundidad canard, cuatro alerones para el control de
alabeo, doble deriva y un tren de aterrizaje de cuatro ruedas. El
Farman III vuela por primera vez en abril de 1909 y rápidamente se
había convertido en un afamado avión a batir, por dos veces, el
récord mundial de distancia de 1909.
Por
contra, el Bleriot XI es un monoplano biplaza de turismo y
entrenamiento, con motor Gnome de 70 HP. Su velocidad máxima es 100
km/h. Las dimensiones del aparato son: envergadura, 10,25 metros;
longitud, 8,45 metros y altura, 2,5 metros. El Bleriot XI está
construido en madera de fresno, siendo un modelo de ala de
implantación alta, en el que se ejerce el control lateral mediante
torsión de los planos. El timón de dirección es fijo y el timón
de profundidad tiene superficies horizontales fijas. El tren de
aterrizaje lo forman dos ruedas de bicicleta. El avión se ha hecho
famoso vuelo sobre el Canal de la Mancha el 25 de julio de 1909,
desde Calais a Dover Castle. Es el avión más popular de la época,
ganador de numerosas pruebas y concursos, y el preferido de la
mayoría de los pilotos.
Mientras
llegan los pilotos las bateas que conducen los aparatos son
expedidas, desde la estación de los Andaluces, a la estación
Málaga-Puerto. Desde allí se trasladarán, en los ferrocarriles
suburbanos, hasta el campo de los pilotos.
El
torpedero de la Armada Audaz se encargará de cubrir desde el
mar, las incidencias que pudiera haber en las Fiestas de Aviación.
El
sábado 27 de agosto, amanece con muy buenas noticias para los
aficionados. En el expreso del 26 de agosto ha llegado los aviadores
que, por la tarde, han visitado el aeródromo, quedando muy
satisfechos del estado del mismo.-
El
domingo 28 de agosto, es el gran día. Desde primeras horas de la
mañana existe una inusitada expectación en las calles del centro.
Sin embargo, cerca del mediodía, se iza en la torre de la Catedral
la bandera negra, suspensión de vuelos. Los aficionados acuden
presurosos al campo de aviación interesados por lo que allí haya
podido suceder.
En
el aeródromo, la explicación es una sola. Hacia las 11.00 de la
mañana, Mr. Moullieu, decide realizar un vuelo de prueba....
Inmediatamente se ultimaron los indispensables preparativos, y a
poco lo portentosa máquina salía del hangar y luego de descolocarse
unos cuantos metros con relativa velocidad, perdía tierra y se
remontaba gallardamente, alcanzando una altura de ochenta metros y
prácticamente un trayecto de ocho o diez kilómetros. Viró el
aeropuerto en el espacio, con precisión matemática, y emprendió
felizmente el regreso, pero al tomar tierra y a causa de uno de los
accidentes del terreno, sufrió el aparato un pequeño choque,
rompiéndose una de las ruedas... Es necesario por tanto reparar
el avión, motivo por el cual se ha decidido la suspensión del
festejo.
El
29 de agosto, el aparato accidentado se encuentra ya reparado. El
Comité Organizador se dirige, con este motivo, a la Cámara de
Comercio para que autorice el cierre de los establecimientos,
considerándose el día festivo a todos los efectos, con el objeto de
que la gente pueda asistir a la Fiesta de la Aviación. La Cámara de
Comercio secunda la propuesta del Comité. Al día siguiente, 30 de
agosto, la crónica periodística nos relata lo ocurrido en el
aeródromo.
…
La concurrencia ayer en el campo de aviación era extraordinaria,
viéndose ocupados los palcos y sillas por la más distinguidas
familias de Málaga...
… Después
de algunas falsas alarmas respecto a la salida de los aparatos, las
cuales daban motivo a los más graciosos comentarios del buen humor,
ciertos signos que intuitivamente juzgábamos precursores del vuelo,
nos apercibieron para tomar posición que nos permitiera observar
todos los movimientos.
En
efecto, a las seis menos cuarto, el monoplano Bleriot, que pilotaba
Mr. Mollieu, a impulso de los mecánicos arrancaba del hangar, y
luego de avanzar algunos metros, elevose como alado pájaro y cruzó
sereno y majestuoso toda la extensión de la pista.
Siguió
el avance un largo trecho y viró hacia el mar, primero, y campo
aviatorio después, haciendo pensar que regresaba al punto de origen.
Mas no fue así, sino que cruzándose, a tiempo que alcanzaba mayor
altura, vino a describir un círculo, dirigiéndose hacia la vega y
tornando a la pista, donde tomó tierra dulce y blandamente.
El
ruido característico del motor en marcha y el humo que despedían
los carburadores fueron trazando las curvas que describía la
máquina.
Los
espectadores siguieron el vuelo con la mayor ansiedad. El aparato fue
conducido al hangar y el aviador recibió una ovación estruendosa.
Oímos
decir que no obstante la feliz caída del monoplano, sufrió avería,
una de las ruedas, por lo que no pudo lanzarse nuevamente al
espacio...
...Cuando
los relojes marcaban las seis menos un minuto el biplano Farman
arrancó de su sistema de fondeo, deslizose sin tropiezo, perdió
tierra y elevó poco más de un metro, pero a muy corta distancia,
todavía dentro de la pista, tuvo que aterrar...
Como
la noche se echaba encima, el Comité decide suspender las
experiencias hasta el día siguiente, lo que origina que una numerosa
parte del público se dirija hacia las tribunas a protestar, ya que
no se ha realizado el segundo vuelo según el programa, por lo que se
exige la devolución de las entradas. La protesta se trasladará
hasta el Gobierno Civil donde su titular da órdenes al Comité para
efectuar la devolución, a todo aquel que presente su entrada en
regla.
En
la segunda jornada de vuelos, los dos aparatos funcionan
perfectamente, una vez reparadas las averías que sufriera el Bleriot
el día anterior.
A
las seis menos cinco, el Farman, con algunos problemas de motor,
tripulado por Mr. Jullerot, se eleva a unos 40-50 metros, describe
una curva alrededor de la pista e internándose ligeramente en la
orilla del mar regresa y aterriza. El vuelo dura algo más de dos
minutos.
A
las seis y siete minutos inicia el vuelo el Bleriot, tripulado por
Mollieu. El aviador se remonta a 80-100 metros de alturas, realizando
un gran recorridom, de casi ocho minutos. Sin embargo, será el
miercoles 31 de agosto, el gran día de las fiestas.
...¡Magnífico
día!... ¡Este sí que puede calificarse de gran día de la
aviación!... Las experiencias que han realizado los aparatos Bleriot
y Farman, son de las más perfectas y sorprendentes que pueda
imaginar.
El
primer vuelo lo realiza el Bleriot que, después de dar dos vueltas
al campo, se interna en el mar y en parte de la vega volando a una
altura de 40-50 metros. El despegue se produce a las cinco y ocho
minutos y aterriza seis minutos después. El segundo vuelo lo realiza
el Farman. Despegando a las cinco y veintidos minutos describe vuelta
y medio y sobre la orilla del mar, aterrizando espléndidamente a los
dos minutos.
El
tercer vuelo del día despega a las cinco cuarenta y tres. El Ferman
realiza dos vueltas completas al circuito y aterriza a los tres
minutos. El cuarto vuelo lo protagoniza el Bleriot. Despega a las
cinco cincuenta y dos, describe dos vueltas extensísimas, pasando
incluso por encima del torpedero Audaz, dirigiendose hacia
Torremolinos. Regresa y aterriza siete minutos después... El efecto
ha sido grandioso...
...El
quinto y sexto vuelo se producen simultáneamente. Despega primero el
Bleriot a las seis y veintitrés y, dos minutos después lo hace el
Farman. El Bleriot vuela a unos 300 metros de altura, dirigiendose
hacia Torremolinos, donde gira hacia el campo pasando en línea recta
hacia el puerto, sobrevolando a los barcos de la escuadra inglesa que
se encuentran allí fondeado. Mientras que esto ocurre, el Farman da
vueltas en el campo...
...
Aterrizan casí al unísono... El efecto de dos aparatos, el biplano
y el monoplano, maniobrando en el aire al mismo tiempo, fue
maravilloso; el entusiasmo del público no tuvo límites...
Para
el jueves 1 de septiembre, el Comité Organizador, decide suspender
los vuelos, debido a la coincidencia de éstos con la corrida de
toros.
El
viernes 2 de septiembre es el último día de experiencias. La gente
acude masivamente al aeródromo a la vista del éxito del miercóles
anterior.
A
las cinco cuarenta y cinco minutos, despega el Bleriot. Da dos
vueltas a casi 200 metros de altura y llega en su vuelo hasta la
finca El Castillo, en Torremolinos, donde se está celebrando en esos
momentos, una fiesta en honor de los marinos británicos que visitan
la ciudad. El aviador Moullieu les había prometido arrojarles un
ramo de flores en el jardía de casa, promesa que cumple a la
perfección. El vuelo dura quince minutos.
El
Farman despega a las seis y ocho minutos y permanece durante 13
minutos en el aire. En este tiempo ...hizo experiencias de
velocidad, altura y rápidos virajes...
Es
el colofón perfecto a unos inolvidables, en los que la ciudad al
completo ha vibrado con las experiencias de aviación y ha algo que
solo puede apreciarse hoy por hoy en el cinematógrafo.
Los
malagueños felicitan al Comité Organizador, exultante de
satisfacción por las que se califican como las mejores Fiestas de
Aviación celebradas en España.
Utrilla
Navarro, Luis; Historia del Real Aeroclub de Málaga, Málaga,
1998, CEDMA, Págs. 9-17.