El Romeral de Alhaurin

domingo, 3 de febrero de 2019

EXPEDIENTE DE LUIS CARRILLO EN MEJICO 1739


Publicación Sociocultural desde Alhaurín el Grande. Núm. 65. Verano 2017
Valle del Guadalhorce, Tierra de Miel y Sol, de Luz y Color y de Gente Trabajadora

ARCHIVO DE INDIAS, EXPEDIENTE DE DON LUIS CARRILLO, NATURAL DE ALHAURIN EL GRANDE, MUERTO EN LA CIUDAD DE MÉXICO EN 1.739, SIN HABER LLEGADO A HACER TESTAMENTO

JUAN CASTILLO BENITEZ
Reunido y recopilado en Alhaurín El Grande, a 22 de marzo de 2017 por Juan Castillo Benítez.
Al igual que otros muchos españoles, este paisano nuestro, Luis Carrillo se embarcó a hacer las Indias quizás buscando fortuna, en aquellos nuevos terrenos conquistados por España e incorporados a la Corona.
Damos un pequeño extracto del mismo, algunos de los 10 folios del expediente, debido a su mala calidad reproducción resulta muy difícil su lectura[1].
Fue bautizado, por el cura de la Villa de Alhaurín El Grande D. Lorenzo de la Vega el 23/11/1681, siendo sus padrinos D. Antonio del Pozo y María de Carrillo su hija.
El 20 de Octubre de 1.737 el cura de la época, D. Matheo Bernardo Rodríguez, ratifica el certificado de bautismo de 1.681, se deduce que el interesado llevaría en su poder el certificado, a fin de hacer valer su procedencia de cristiano en el nuevo mundo, y también firmado por los Sres. Representantes de Rey Nuestro Señor y del cabildo de esta villa de Alhaurín, Francisco Julián de Torres, escribano público de la Villa y Juan Baptista Crespo, que suponemos como regidor de la Villa.
La muerte le sobreviene de forma repentina, en la ciudad de Méjico en 1739 y su situación de Abintestado (que no ha hecho testamento) hace que se origine un expediente de Bienes de Difuntos, referencia 5608, núm. 2 de 1750 de la Casa de Contratación de Indias.
Cuando ocurre su fallecimiento, un hermano síndico recibe una limosna de 37 pesos y cuatro reales, por decir 75 misas, 50 por el alma de D. Luis Carrillo y 25 por las de D. Cristóbal de la Tabla, ambos difuntos, que se han de decir en el Convento de San Diego, esto ocurría el 20 de enero de 1739, mostrando su conformidad, Fray Diego[2] de Vergara como Padre Guardián.


[1] El expediente está fechado en 1750, aunque sus datos corresponden en 1739, y es el testimonio de los autos del Intestado D. Luis Carrillo, de la Casa de Contratación de Indias.
[2] Convento franciscano de la ciudad de Méjico.


Otra limosna de 50 pesos, que sirvieron para el funeral y entierro y que se hizo en el Convento Imperial de Santo Domingo de Méjico[1] de dicha limosna salió para los gastos del Convento y Sacristán, la tumba y altares, cera de manos de la comunidad y la cera que se puso en el cuerpo (entendemos que fue velando el cadáver). Esto fue el 26 de Enero de 1739, lo certifica Fray Joseph Pisseros, Predicador General de la Orden.

Otros 60 pesos y dos reales, fue el importe del entierro de D. Luis Carrillo, que se celebró en la Iglesia de Santo Domingo, acompañado de cura, sacristán y una misa cantada con su vigilia y ofrenda, así lo atestigua el 26 de Enero de 1739, el bachiller D. Luis Trebaut. Su mortaja supuso un gasto de 8 pesos y cuatro tomines.
Se hace un inventario de los bienes encontrados en su casa, y destacamos las prendas de vestir, calzones, birretes, casacas, guantes, sombreros, chupas, ropa blanca, muebles, una estampita de Jesús, María y José, un santo Cristo con su cruz de ébano, una escopeta, un par de pistolas, un espadín con guarnición de plata, un sable. También observamos que disponía dos rosarios de Jerusalém, el uno engastado en plata, una navaja, tijeras, su fe de bautismo y otras prendas, etc.
El difunto Luis Carrillo debía 111 pesos al capitán D. Sebastián de Arriburo Arrechaga, presidente del Real Tribunal y Consulado de mercaderes de la ciudad de Méjico.
En efectivo tenía 233 pesos y tres tomines de ocho gramos[2]. También figuran 19 realillos[3].
Dado que el funeral parece que hubo de hacerse sin familiares, los gastos del mismo, lo tomarían del efectivo que tenía, todos sus bienes se ordena por el Tribunal de los Bienes de Difuntos, según el licenciado Francisco de los Ríos, que se haga pública almoneda a fin de subastar al mejor postor los bienes del fallecido, y en caso de que hayan quedado deudas, estimamos las saldarían de lo recogido. Y que se hagan las gestiones oportunas por sí existen herederos, ya que en ese caso el importe pasa a ellos rápidamente[4].
Finalmente hay un decreto del día 13 de Agosto de 1739, expedido en la ciudad de Méjico, en el que se señala que se cumpla todo lo acordado.
Hasta ahora, es el único alhaurino, del que tenemos noticias de su estancia en Méjico y que hiciese las Indias. Siempre los alhaurinos han tenido fama de viajeros, y no sería extraño que hubiese más de uno metido en esta apasionante empresa.


[1] Convento de los dominicos en la ciudad de Méjico.
[2] Moneda que era la tercera parte del adarme y octava del castellano, acuñada en plata, fue usada en tiempos de la dominación española en el continente americano.
[3] Parte de un real.
[4] Lo recaudado lo guardaba este tribunal, bien para devolverlo a los herederos, o si en su caso no aparecían, pasaba a la corona.




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