Cartama, 15 de Abril de 1693.

Cártama, 15 de Abril de 1693. Se expide Real Cédula dirigida al Corregidor de las cuatro Villas de la Hoya de Málaga (Cártama, Coín, Alhaurín y Álora), para que se formen Compañías de milicias, con orden de asistir a los toques de rebato ante los ataques de los piratas berberiscos que se produzcan en las doce leguas de nuestra costa.

Ante los repetidos ataques de piratas berberiscos a las villas cercanas a la costa, que asesinaban, robaban y secuestraban personas para posteriormente venderlas como esclavos o pedir rescate por ellos, se constituyó la llamada farda de la mar para la guarda de la costa del reino de Granada, por la que se establecía una contribución fija por vecino, fueran cristianos viejos o nuevos. Por esta, recayó sobre el concejo de Málaga el pago de 55.000 maravedíes anuales, de los cuales, 15.000 de estos tocó pagar anualmente a los vecinos de Coín, Cártama, Alhaurín y Álora.

Para asistir a estas necesidades tenía encomendado cada villa la formación de compañías de milicias preparadas para acudir de inmediato ante un posible aviso de ataque por mar de piratas argelinos, turcos o berberiscos, que durante los siglos XVI y XVII se dedicaron a atacar las poblaciones costeras que consideraban más vulnerables, para saquear y tomar rehenes, por los que pedir un rescate, y caso que no fuese pagado este serían los reos vendidos como esclavos.

Las de Alhaurín, Álora, Coín y Cártama, llamadas socorro de la ciudad, debían ir mandadas por uno de sus alcaldes ordinarios o por uno de sus regidores decanos, ya que según las ordenanzas de las leyes del reino, el primero de los dos alcaldes ordinarios llevaba anejo el título de capitán a guerra; y el segundo alcalde ordinario o regidor decano, llevaba el de alférez y abanderaba la tropa y sustituía al capitán en sus asistencias.

El ataque de galeras piratas llegó a ser muy habitual y uno de los mayores temores de la población. Testimonio de este temor, un mosaico recoge la tradición milagrosa de la Virgen de los Remedios, en el que se refleja un cartameño es liberado de su captor turco gracias a su fe y la mediación de la patrona.