El Romeral de Alhaurin

martes, 15 de septiembre de 2015

UNA FERIA SIN CABALLOS ES UNA PROCESION SIN SAETA

           Jueves, 20 de Agosto de 2015     

FERIA DE DIA. CABALLISTAS
Una Feria sin caballos es 
como una procesión sin saeta
Alejandra Benítez y Marta Gonzalez
Un año es lo que han esperado la mayoría de los caballistas que ayer se encontraban en el Real ataviados con sus mejores galas y montados en sus caballos, perfectamente acicalados y preparados para la ocasión. Durante el año muchos aprovechan las romerías de los municipios cercanos para pasear a sus corceles y sus trajes cortos. Pero el evento más esperando del año, sin duda, la Feria de Málaga. La mayoría de los caballistas son de la capital. Pero no todos, ya que muchos de los que en esta semana se montan a caballo en el Real vienen de pueblos de la provincia. Una pasarela de camiones y transportines de caballos  se puede ver a meda mañana ya que lo grande como aseguraban Quique y José Garrido, unos vecinos de Valle de Abdalajís, comienzan a partir de las una del medio día.
Los paseos de enganches y caballos son comunes en esta Feria de agosto. Se llevan haciendo desde siempre y quien vive la Feria no la concibe sin ellos. Alegre y con un vino fino en la mano, José Garrido, montado en su corcel, comentó ayer que una feria sin caballos es como una procesión sin saeta. Esto es una tradición. Pero cada vez nos exigen más a la hora de formalizar los papeles para poder acudir a la Feria. En el mismo sentido se quejaba Nerea Iglesias, una joven que era la primera vez que montaba a caballo en el Real. Si no llega a s
er por mi amigo, que lleva viniendo muchos años, no hubiese podido arreglar los papeles sola. Junto a ella, se quejaba Francisco, un hombre de unos 50 años, diciendo que muchas normas pero cualquier día habrá un accidente porque no es normal que las personas campen a sus anchas por donde deberían estar circulando los animales.
Nos exigen mucho para venir al Real: seguro del animal, pasaporte, plazos… y la verdad es que aquí cada vez hay más normas, decía Nerea. Hablando de normas también se encontraba David. Los municipales nos tratan muy mal ya que a las 19:30 horas nos están echando, y de muy malas maneras. Cortan el paso, nos empujan y eso no puede ser. También hay normas cuanto a vestimenta ya que se exige una indumentaria concreta. Me he tenido que comprar ese traje que me ha costado 400 euros porque sino no te dejan montar en el Real.
Trajes, carruajes y montura de todos los estilos. Dependiendo de lo que te quieras gastar aunque en el concurso tiene que estar todo perfecto: pañuelo, chaqueta, calcetines, etc., comentó una pareja. Trajes grises, marrones, negros… incluso hay que viste exclusivamente para participar en el XIV Concurso de la Indumentaria y Atalaje. Así lo hacía Antonio que vive el mundo del caballo con tradición desde que era pequeño. Es la primera vez que me presento al concurso porque este año me siento joven y con ganas, aseguró. Además, entre risas confesó que el traje no es nuevo porque no me puedo gastar 800 euros todos los años en la ropa, porque a eso hay que sumarle mucho más. Es un hobby caro.

En la calle central, a las 16:25 horas encontraba Enrique que explicó que en la Feria los caballos tienen muy buenas condiciones: agua para beber en dos puntos del Real, sombra con los toldos que hay por toda la calle e incluso, por 25 euros pueden dormir aquí en un recinto especializado para ellos. Pero caballos o no. Es cuestión de gustos. La gente viene a la fiesta y los caballos les estorban. Si nos pudiesen echar nos echaban. Por eso nos quitaron de la calle Larios, decía un enfadado caballista. Pero en esto no coincidía Antonio, que lleva viniendo a la Feria con su caballo Ringo desde hace 14 años. Yo cero que la gente viene a vernos porque muchos nos piden fotos e incluso hay quien se atreve a pedirnos que si se puede montar.

Caballistas paseando en la Feria del Cortijo de Torres

Una niña montada a caballo

Coche de caballos paseando por las calles del Real

Detalle de caballo engalanado

Un hombre vestido de corto y una señora de flamenca montados a caballo

Un joven esperando los resultados del XIV Concurso de Atalaje e Indumentaria

Dos de los ganadores del XIV Concurso de Atalaje e Indumentaria






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