El Romeral de Alhaurin

martes, 26 de mayo de 2020

ENTREVISTA. ALVARO VILLACORTA. VP OF INCUBATION EN DEMIUM


Núm. 65. Septiembre de 2019

ALVARO VILLACORTA. VP OF INCUBATION EN DEMIUM 

SALOME HURTADO

Nuestro visión es convertinos en la incubadora número uno del mundo. Alvaro Villacorta (36 años) es arquitecto de título y emprendedor de vocación. En Málaga fundó uno de sus proyectos estrella. Food Messenger, colocando a nuestra ciudad en el mapa del emprendimiento. Actualmente, forma parte del equipo de Demium, incubadora pre-equipos/pre-idea en la que seleccionan a los candidatos más apropiados para desarrollar un proyecto que ellos mismos le brindan
De arquitecto a emprendedor. ¿Por qué este cambio?
Creo que es algo que he llevado desde siempre. Cuando terminaba mi jornada en el despacho de arquitectura en Londres, me ponía a enviar paquetes por Reino Unido de la empresa que tenía, ya que empecé allí. Esto era lo que me motivaba. Por ello, decidí moverme a Shanghai para identificar oportunidades de negocio diferentes. Así encontré el modelo de Food Messenger, que aún no estaba en Europa.
Ahora mismo se encuentra en Demium. ¿En qué consiste este sistema?
Demium es una incubadora de empresas tecnológicas. Está encuadrada dentro de ese segmento pero, especialmente, es una incubadora de alto rendimiento que específicamente es pre-equipo/pre-idea. Esto te permite adquirir emprededores en lugar de empresas, formar los equipos, ofrecerles ideas que funcionan en otros mercados para minimizar el riesgo, lanzar los proyectos y pasar un programa de incubación con unos hitos muy claros, cogiendo una posición minoritaria en estas empresas. Se trata de un modelo mucho más atractivo para el emprededor en el que se empieza de cero absolutamente.
Ofrecen ideas que funcionan en otros mercados. ¿Las copian?
Nosotros lo que hacemos es inspirarnos en modelo que funcionan en otros sitios. Eso significa identificar tendencias de mercado que están al alza. Por ejemplo, vemos una empresa que es interesante en Estados Unidos y pensamos, ¿qué problema está solucionando? Esta es la clave. No vamos a por ideas, sino a por problemas que tiene la gente. A partir de esta empresa, que tiene una solución concreta en Estados Unidos, pensamos ¿cómo se puede solucionar este problema concreto si nuestra empresa empieza en España? Así, la solución final no se parece en nada a la que nos hemos inspirado.
Además de vuestro modelo, ¿qué os diferencia de otras incubadoras?
Lo que nos diferencia es que somos una incubadora internacional. Este año hemos abierto en Lisboa, Kiev, Varsovia… Esto es súper potente, ya que el efecto network es brutal. Yo, como emprendedor que vengo a Málaga, sé que con quén me estoy asociando está en todas estas ciudades de Europa. Si yo estoy montando un negocio aquí, el potencial que tengo con este socio, que en este caso es Demium, es muy superior a una aceleradora local. Con nuestro modelo, Demium está montando ahora mismo 132 empresas de forma simultánea en diferentes países. Esto nos de una fuerza increíble.
Demium proporciona la idea de negocio, alojamiento y asesoramiento. ¿Qué reciben a cambio?
Nosotros nos quedamos un 15% de todas las empresas.
A nivel de Málaga, ¿qué proyectos más destacados han conseguido desarrollar?
Nosotros ahora mismo tenemos 15 proyectos en Málaga. Por ejemplo, algunas de estas ideas que ya están consolidadas como empresas son Booh, que es una cocina fantasma o Dropier, que ofrece recogida y almacenamiento en trasteros a través del móvil, contando con un catálogo online para cada cliente.
La tasa de éxito de Demium es alta. Sin embargo, ¿qué porcentaje de proyectos no han llegado a ver la luz?
Esta es otra de las características que diferencia a Demium de otros modelos. Nosotros nos traemos el fracaso al principio. Ahí fuera, en el entorno, la mortalidad ronda el 80-90%. Aquí en Demium, en nuestro portfolio, tenemos 50 empresas consolidadas. El porcentaje de supervivencia de estas startups, de crecimiento, es de 70-76%. Esto significa que el 30%, en lugar del 90%, están muriendo. ¿Qué ocurre? Que esto tiene un truco. Cuando empezamos el programa, el primer mes lo dedicamos a validar negocios. Por lo tanto, lo que no funciona lo desechamos, buscando los emprendedores otra idea o reorganizándose en otro equipo.
¿Se cumple, por tanto, la idea de que para triunfar hay que fracasar?
Lo que se conoce como fracaso al final es parte del proceso. Es decir, ninguna empresa llega a ser top en línea recta y fácilmente. El camino es una montaña rusa. Si esto lo asimilas, todos los problemas y lo que la gente llama fracaso por nosotros simplemente es una búsqueda de lo que funciona. Seguramente vas a fracasar 200 veces. Pero no lo llames fracaso, sino encontrar el camino.
Demium: cómo construir un negocio en un fin de semana.
Demium global nace, como casi todos los proyectos, de un fracaso empresarial. Así, esta incubadora, que llegó a Málaga el pasado año (2018) y que ya se encuentra en once países y con objetivo seguir creciendo, cuenta con un portfolio de más de 50 empresas, creándose en la actualidad más de 130 proyectos. Para acceder a ella, el emprendedor tiene que pasar tanto un proceso de selección vía online como unas dinámicas grupales. La siguiente fase sería el AllStartup, un fin de semana en el que se forman los equipos y se empiezan a trabajar las ideas que Demium proporciona. Por último, el domingo pitchean ante inversores, que actúan como jueces. Una vez que se pasen todas estas fases, los ganadores inician el programa de incubación, que dura seis meses. Se trata de construir un negocio en un fin de semana.
Teniendo en cuenta su experiencia, ¿qué es más importante? ¿Una buena idea o un buen equipo?
Un buen equipo, sin duda. La idea es lo de menos. De hecho, la idea ni la valoraríamos, sería el problema que estamos solucionando. Lo importante es el problema que estás atacando, ya que soluciones puede haber varias. Cuando en un mercado se genera un entorno competitivo, lo que hay de fondo es el problema que le están solucionando al cliente. Cada una de las empresas trae una propuesta de valor y una solución diferente. Y a esa solución llegarás.
Para hacer esto lo que hay que tener es un equipo bueno. Lo que importa es la ejecución. Que se junten varias personas complementarias, que aporten algo cada una de ellas que sea diferente y que como conjunto tenga sentido y que aborden un problema que en un mercado tenga sentido.
¿Qué debe tener un perfil para que sea atractivo?
Tiene que tener ambición, ya que el tipo de empresa que nosotros creamos esperamos que tenga mucho impacto en la sociedad y a nivel global. Tiene que tener unas ganas de aprender enormes, ya que este es un proceso de aprendizaje continuo.
Tiene que tener mucha tolerancia al riesgo y a lo que la sociedad conoce como fracaso. Por último, esta persona tiene que traer algo de expertise. Aquí todo el que llega aporta algo gracias a sus experiencias pasadas.
En Málaga, ¿hay un buen ecosistema de emprendimiento?
Málaga es una de las ciudades que más ha crecido en España en cuento a ecosistema. Cuando yo empecé mi empresa hace diez años, en España que invirtieron 50 millones de euros.
Diez años después se invirtieron mil millones. Sin embargo, en Málaga aún no tenemos empresarios privados que financien la innovación.
En el caso de las instituciones, podrían ayudar más, aunque sí es cierto que en los últimos años se están haciendo más cosas: Promálaga, los CADEs… De todas formas, la institución pública no va a ser el factor para que esto triunfe. Va a ser la iniciativa privada. La iniciativa pública debería ayudar o no molestar, ya que normalmente lo que hacen es poner trabas en cuanto al papeleo e impuestos.
¿Qué consejo le daría a una persona que empieza a emprender?
Todo emprendedor tiene algo especial. Es complicado darle un consejo a alguien cuya clave del éxito es que sea diferente a los demás. Yo te puedo ayudar con mi experiencia. Pero consejos… el consejo que sí puedo dar es que tengan ganas de aguantar un chaparrón, ya que el que emprende tiene que estar dispuesto a pasar malas rachas. El ecosistema está lleno de gente que se dedica a dar consejos a los emprendedores. Sin embargo, hace falta menos gente que dé consejos y más gente que se meta en el barro de verdad.
¿Qué aciertos y qué errores ha cometido a lo largo de su trayectoria profesional?
Errores infinitos. La gracia es darse cuenta de que cometes errores y no empeñarse en que eres perfecto. El equipo que ejecuta bien es aquel que va cometiendo errores pero es capaz de rectificar rápido.
Por otro lado, en las empresas que yo he montado, el acierto ha sido ser capaz ágilmente de identificar lo que al cliente quiere, dárselo y mejorárselo, siendo capaz de darle el producto que finalmente el cliente compra.
¿Qué le depara el futuro a Demium?
Pensamos que ahora mismo estamos en el mejor momento. A pesar de que Demium tiene 7 años, desde enero de 2019 ha habido una explosión y una transformación total. Pero, ¿por qué Demium está explotando? Porque el sistema tiene sentido ahora pero, sobre todo, porque estamos fichando a gente muy buena. Cuando yo entré en Demium hace un año y medio éramos 20 personas, ahora somos 70. La mayoría de nosotros somos emprendedores con una carrera relevante. El momento de Demium ahora es el mejor. En cuanto al futuro, ahora estamos en 11 ciudades de Europa. Nuestra visión es convertinos en la incubadora número uno del mundo.
¿Y a Álvaro Villacorta?
Mi futuro está ligado a crear empresas. En este caso, yo llevo el Área de Incubación a nivel global. Como ya he dicho antes, mi objetivo, junto con el de mis compañeros, es llevar a Demium a ser la incubadora número uno del mundo.
De perfil
Álvaro Villacorta (36 años) se define con una sola palabra: emprendedor. Aunque estudió Arquitectura, rápidamente se dio cuenta de que su pasión estaba lejos de la construcción de edificios y muy cerca de la construcción de empresas. Junto con Manuel Heredia (BeSoccer), Joaquín Cuenca (Freepik) o Bernardo Quintero (Virus Total) pertenece a esa generación que ha sabido colocar a Málaga en el mapa del emprendimiento. De hecho, Villacorta, en los últimos 12 años, ha montado cuatro empresas que ha llevado a la rentabilidad. La más significativa ha sido Food Messenger, que fundó en Málaga y que tras cinco años dirigiéndola fue adquirida por Rocket Internet.

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