EL ECO DE SUS HUELLAS
Las primeras luces del alba se deslizaban entre las montañas, pintando el horizonte de tonos rosados y dorados. A lo lejos, un vehículo todoterreno con el emblema de la Guardia Civil ascendía lentamente por el serpenteante camino.
Al volante, Rosa, una mujer de mirada serena y determinada. Su uniforme, impecable a pesar de las marcas del tiempo, contaba las historias de los 35 años que había dedicado al servicio. A pesar de los avances en la sociedad, su carrera no había sido fácil. Fue una de las primeras mujeres en unirse a la Institución, en un tiempo donde las dudas y críticas eran más ruidosas que los aplausos.
Pero Rosa nunca permitió que eso mermara su espíritu. Se apoyó en las historias de su abuela, una mujer valiente que, aunque no llevaba uniforme, enfrentó adversidades con coraje y determinación. Cada paso que das deja una huella. Asegúrate de que sean firmes y decididos, le decía.
El vehículo se detuvo frente a una vieja escuela. Hoy, Rosa no estaba allí para una misión oficial, sino para una charla con los estudiantes sobre su experiencia en la Guardia Civil. Al entrar al aula, sus ojos se encontraron con decenas de miradas curiosas. Entre ellos, un buen número de chicas que veían en Rosa un reflejo de lo que podrían llegar a ser.
Comenzó a hablar, su voz resonando con autoridad, pero suavizada por el cambio de compartir sus vivencias. Habló de los desafíos, de las veces que dudó, de las risas y lágrimas compartidas con sus compañeros. Pero, sobre todo, habló de la importancia de creer en uno mismo y perseguir los sueños. Independientemente de las expectativas de la sociedad.
Las horas pasaron volando y, al final, una joven se acercó a Rosa. Sus ojos brillaban con determinación. Quiero ser como tú, dijo, Quiero ser guardia civil.
Rosa sonrió, recordando a la joven que alguna vez fue. Extendió su mano y respondió: Y lo serás, pero recuerda que no se trata de ser como yo, sino de ser la mejor versión de ti misma.
Al marcharse, Rosa sintió que su legado estga seguro. 35 años no solo eran un testimonio de su dedicación, sino también la inspiración para las futuras generaciones de mujeres valientes dispuestas a dejar su huella. Y así, el eco de sus pasos seguiría resonando por siempre.
Juan Lorenzo del Real
Ganador del Concurso de Relato Corto
de la Revista Oficial de la Guardia Civil 2024
Con gran emoción, recibo este premio por El Eco de sus Huellas. Este relato celebra la valentía y dedicación de las mujeres en la Guardia Civil, destacando la contribución única de quienes han dejado una marca imborrable en esta Institución.
Dedico este reconocimiento a mi mujer y mis hijas, quienes son mi inspiración diaria. Con aún más fervor, expreso mi deseo de que mis hijas sigan este camino de servicio y valentía. Este premio no sólo honra un relato, sino también el coraje y la fortaleza de las mujeres en la Guardia Civil. Que el eco de sus pasos inspire a las generaciones futuras. ¡Gracias!.
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