Málaga, 7 de marzo de 1810. Anoche tuvo el REY la bondad de asistir con su corte al baile público que dio esta ciudad en el teatro para festejar a S.M. Fue muy lúcido y numeroso el concurso de las principales damas y caballeros de todas clases. Reinó el mayor orden entre los concurrentes, que a competencia se deban las mas sinceras muestras de cordialidad fraternal, y el Monarca el ejemplo a todas las clases de su afabilidad y agrado. En el discurso de este brillante festejo y se sirvió un espléndido y exquisito refresco, en que lució el buen gusto y magnificiencia de la ciudad. S.M. se retiró a cosa de las 11 de la noche entre vivos aplausos como a su llegada.
A pesar de lo lluvioso del tiempo se ve constantemente en la alameda un gran concurso del pueblo, parado enfrente de los balcones de la habitación de S.M. para tener el placer de ver a su Soberano. Las expresiones más frecuentes de estos habitantes son preguntar si S.M. está satisfecho de su conducta, y si gozarán por mucho tiempo de su presencia.
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