jueves, 28 de agosto de 2025

PRIMERAS FIESTAS DE AVIACIÓN EN 1910.

PRIMERAS FIESTAS DE AVIACIÓN EN 1910.

No pudo Málaga asistir a los maravillosos espectáculos de la aerostación de finales del siglo XIX. Su orografía y su proximidad al mar fueran las causa de este alejamiento o lo fuera la ausencia de promotores para estas nuevas ciencias, que se presentan como verdaderos números circenses.

Cuando los hermanos Wright consiguen volar por primera vez con un aerodino más pesado que el aire el 17 de diciembre de 1903, un viento de entusiasmo envuelve a los hombres de la vieja Europa que intentan poder observar con sus propios ojos esta nueva maravilla, la aviación.

En España, es Barcelona quien tiene este privilegio, con la organización de las primeras fiestas de aviación celebradas en nuestro país. Los vuelos los realiza el piloto francés Lucien Mamet a los mandos de un maravilloso Bleriot XI, el 11 de febrero de 1910, en los terrenos del Hipódromo Can Tunis.

En Málaga, un grupo de entusiastas encabezados por Juan Ponce de León y Encina, rápidamente se ponen a la tarea, con objeto de poder celebrar unas fiestas de aviación en el verano de 1910.

Constituida formalmente la Comisión de Aviación, ésta inicia sus trabajos contactando con los aviadores que habitualmente participan en las distintas fiestas organizadas en otras ciudades españolas.

Al no existir todavía ningún aviador español por estas fechas, se acude a los pilotos franceses, cuya cercanía geográfica les permite acudir a los certámenes españoles con asiduidad, incluso algunos de ellos fijan su residencia en España.

Una vez localizados los pilotos, con sus aeroplanos, la Comisión busca un lugar que permita realizar los ejercicios de aviación. El lugar elegido, cercano a la capital, debe permitr el acceso multitudinairo de los malagueños, y al mismo tiempo no ofrecer peligros para los aviadores.

Se decide la Comisión, entre los lugares visitados, por la Playa de la Misericordia, lugar libre de casas y árboles y no muy lejano del casco urbano, que por esos días concluye en la barriada de Huelín.

La dirección técnica del certamen, se pone a cargo de Monsieur S. Mole, ingeniero de minas y gerente de la Société Ponhtieu Automóviles de Paris, técnico conocedor de los aeroplanos.

Concluidos los preparativos, se fija la fecha de las Fiestas de Aviación para los días 28, 29, 30 y 31 de agosto y 1 de septiembre de 1910. El programa oficial de las experiencias de aviación pretende ser el más amplio de los celebrados hasta la fecha en España, y está sujeto en su desarrollo a los reglamentos de Federación Aeronáutica Internacional.

Pero el adecuado seguimiento de la prueba, por parte de los espectadores, en el centro del aeródromo se levantarán dos mástiles. En uno de ellos se instalará un anemómetro, que permitirá verificar si la velocidad del viento supera los 7 m/s, en cuyo caso no podrá exigirse la ejecución d los vuelos, por el peligro que esta circunstancia representa para los pilotos.

En el toro mástil se izarán unas banderas indicadoras del desarrollo de los vuelos, a saber; bandera negra, no se vuela; bandera blanca, se volará probablemente; y la bandera roja, se vuela. Estas mismas banderas se izarán en la torre de la Catedral para informar a los espectadores y así evitar su viaje hasta el campo de vuelos, en el caso de que se produjese la suspensión del espectáculo.

Las experiencias empezarán todos los días a las cuatro de la tarde. Si por causas atmosféricas no pudieran celebrarse el público tendrá derecho a la devolución del dinero de las entradas, siempre y cuando no se hayan realizado al menos dos vuelos. La entrada al campo de aviación es de 1 peseta y la silla de tribuna general cuesta 3 pesetas.

El 25 de agosto se reciben en la estación de ferrocarril de los Andaluces los dos aparatos para el concurso, un Bleriot y un Farman. A los aviadores, Mollieu y Jullerot se les espera en el expreso del día 26 de agosto.

El Farman es un biplano monoplaza dotado con motor rotativo Gnome de 7 cilindros y 50 HP. Su velocidad máxima es 60 km/h y sus dimensiones son: envergadura 10 metros; longitud 12 metros y altura 3,5 metros. Fabricado por los hermanos Henri y Maurice Farman, en Billancourt (Francia), el Farman II, su denominación oficial, está dotado con un timón de profundidad canard, cuatro alerones para el control de alabeo, doble deriva y un tren de aterrizaje de cuatro ruedas. El Farman III vuela por primera vez en abril de 1909 y rápidamente se había convertido en un afamado avión a batir, por dos veces, el récord mundial de distancia de 1909.

Por contra, el Bleriot XI es un monoplano biplaza de turismo y entrenamiento, con motor Gnome de 70 HP. Su velocidad máxima es 100 km/h. Las dimensiones del aparato son: envergadura, 10,25 metros; longitud, 8,45 metros y altura, 2,5 metros. El Bleriot XI está construido en madera de fresno, siendo un modelo de ala de implantación alta, en el que se ejerce el control lateral mediante torsión de los planos. El timón de dirección es fijo y el timón de profundidad tiene superficies horizontales fijas. El tren de aterrizaje lo forman dos ruedas de bicicleta. El avión se ha hecho famoso vuelo sobre el Canal de la Mancha el 25 de julio de 1909, desde Calais a Dover Castle. Es el avión más popular de la época, ganador de numerosas pruebas y concursos, y el preferido de la mayoría de los pilotos.

Mientras llegan los pilotos las bateas que conducen los aparatos son expedidas, desde la estación de los Andaluces, a la estación Málaga-Puerto. Desde allí se trasladarán, en los ferrocarriles suburbanos, hasta el campo de los pilotos.

El torpedero de la Armada Audaz se encargará de cubrir desde el mar, las incidencias que pudiera haber en las Fiestas de Aviación.

El sábado 27 de agosto, amanece con muy buenas noticias para los aficionados. En el expreso del 26 de agosto ha llegado los aviadores que, por la tarde, han visitado el aeródromo, quedando muy satisfechos del estado del mismo.-

El domingo 28 de agosto, es el gran día. Desde primeras horas de la mañana existe una inusitada expectación en las calles del centro. Sin embargo, cerca del mediodía, se iza en la torre de la Catedral la bandera negra, suspensión de vuelos. Los aficionados acuden presurosos al campo de aviación interesados por lo que allí haya podido suceder.

En el aeródromo, la explicación es una sola. Hacia las 11.00 de la mañana, Mr. Moullieu, decide realizar un vuelo de prueba.... Inmediatamente se ultimaron los indispensables preparativos, y a poco lo portentosa máquina salía del hangar y luego de descolocarse unos cuantos metros con relativa velocidad, perdía tierra y se remontaba gallardamente, alcanzando una altura de ochenta metros y prácticamente un trayecto de ocho o diez kilómetros. Viró el aeropuerto en el espacio, con precisión matemática, y emprendió felizmente el regreso, pero al tomar tierra y a causa de uno de los accidentes del terreno, sufrió el aparato un pequeño choque, rompiéndose una de las ruedas... Es necesario por tanto reparar el avión, motivo por el cual se ha decidido la suspensión del festejo.

El 29 de agosto, el aparato accidentado se encuentra ya reparado. El Comité Organizador se dirige, con este motivo, a la Cámara de Comercio para que autorice el cierre de los establecimientos, considerándose el día festivo a todos los efectos, con el objeto de que la gente pueda asistir a la Fiesta de la Aviación. La Cámara de Comercio secunda la propuesta del Comité. Al día siguiente, 30 de agosto, la crónica periodística nos relata lo ocurrido en el aeródromo.

La concurrencia ayer en el campo de aviación era extraordinaria, viéndose ocupados los palcos y sillas por la más distinguidas familias de Málaga...

… Después de algunas falsas alarmas respecto a la salida de los aparatos, las cuales daban motivo a los más graciosos comentarios del buen humor, ciertos signos que intuitivamente juzgábamos precursores del vuelo, nos apercibieron para tomar posición que nos permitiera observar todos los movimientos.

En efecto, a las seis menos cuarto, el monoplano Bleriot, que pilotaba Mr. Mollieu, a impulso de los mecánicos arrancaba del hangar, y luego de avanzar algunos metros, elevose como alado pájaro y cruzó sereno y majestuoso toda la extensión de la pista.

Siguió el avance un largo trecho y viró hacia el mar, primero, y campo aviatorio después, haciendo pensar que regresaba al punto de origen. Mas no fue así, sino que cruzándose, a tiempo que alcanzaba mayor altura, vino a describir un círculo, dirigiéndose hacia la vega y tornando a la pista, donde tomó tierra dulce y blandamente.

El ruido característico del motor en marcha y el humo que despedían los carburadores fueron trazando las curvas que describía la máquina.

Los espectadores siguieron el vuelo con la mayor ansiedad. El aparato fue conducido al hangar y el aviador recibió una ovación estruendosa.

Oímos decir que no obstante la feliz caída del monoplano, sufrió avería, una de las ruedas, por lo que no pudo lanzarse nuevamente al espacio...

...Cuando los relojes marcaban las seis menos un minuto el biplano Farman arrancó de su sistema de fondeo, deslizose sin tropiezo, perdió tierra y elevó poco más de un metro, pero a muy corta distancia, todavía dentro de la pista, tuvo que aterrar...

Como la noche se echaba encima, el Comité decide suspender las experiencias hasta el día siguiente, lo que origina que una numerosa parte del público se dirija hacia las tribunas a protestar, ya que no se ha realizado el segundo vuelo según el programa, por lo que se exige la devolución de las entradas. La protesta se trasladará hasta el Gobierno Civil donde su titular da órdenes al Comité para efectuar la devolución, a todo aquel que presente su entrada en regla.

En la segunda jornada de vuelos, los dos aparatos funcionan perfectamente, una vez reparadas las averías que sufriera el Bleriot el día anterior.

A las seis menos cinco, el Farman, con algunos problemas de motor, tripulado por Mr. Jullerot, se eleva a unos 40-50 metros, describe una curva alrededor de la pista e internándose ligeramente en la orilla del mar regresa y aterriza. El vuelo dura algo más de dos minutos.

A las seis y siete minutos inicia el vuelo el Bleriot, tripulado por Mollieu. El aviador se remonta a 80-100 metros de alturas, realizando un gran recorridom, de casi ocho minutos. Sin embargo, será el miercoles 31 de agosto, el gran día de las fiestas.

...¡Magnífico día!... ¡Este sí que puede calificarse de gran día de la aviación!... Las experiencias que han realizado los aparatos Bleriot y Farman, son de las más perfectas y sorprendentes que pueda imaginar.

El primer vuelo lo realiza el Bleriot que, después de dar dos vueltas al campo, se interna en el mar y en parte de la vega volando a una altura de 40-50 metros. El despegue se produce a las cinco y ocho minutos y aterriza seis minutos después. El segundo vuelo lo realiza el Farman. Despegando a las cinco y veintidos minutos describe vuelta y medio y sobre la orilla del mar, aterrizando espléndidamente a los dos minutos.

El tercer vuelo del día despega a las cinco cuarenta y tres. El Ferman realiza dos vueltas completas al circuito y aterriza a los tres minutos. El cuarto vuelo lo protagoniza el Bleriot. Despega a las cinco cincuenta y dos, describe dos vueltas extensísimas, pasando incluso por encima del torpedero Audaz, dirigiendose hacia Torremolinos. Regresa y aterriza siete minutos después... El efecto ha sido grandioso...

...El quinto y sexto vuelo se producen simultáneamente. Despega primero el Bleriot a las seis y veintitrés y, dos minutos después lo hace el Farman. El Bleriot vuela a unos 300 metros de altura, dirigiendose hacia Torremolinos, donde gira hacia el campo pasando en línea recta hacia el puerto, sobrevolando a los barcos de la escuadra inglesa que se encuentran allí fondeado. Mientras que esto ocurre, el Farman da vueltas en el campo...

... Aterrizan casí al unísono... El efecto de dos aparatos, el biplano y el monoplano, maniobrando en el aire al mismo tiempo, fue maravilloso; el entusiasmo del público no tuvo límites...

Para el jueves 1 de septiembre, el Comité Organizador, decide suspender los vuelos, debido a la coincidencia de éstos con la corrida de toros.

El viernes 2 de septiembre es el último día de experiencias. La gente acude masivamente al aeródromo a la vista del éxito del miercóles anterior.

A las cinco cuarenta y cinco minutos, despega el Bleriot. Da dos vueltas a casi 200 metros de altura y llega en su vuelo hasta la finca El Castillo, en Torremolinos, donde se está celebrando en esos momentos, una fiesta en honor de los marinos británicos que visitan la ciudad. El aviador Moullieu les había prometido arrojarles un ramo de flores en el jardía de casa, promesa que cumple a la perfección. El vuelo dura quince minutos.

El Farman despega a las seis y ocho minutos y permanece durante 13 minutos en el aire. En este tiempo ...hizo experiencias de velocidad, altura y rápidos virajes...

Es el colofón perfecto a unos inolvidables, en los que la ciudad al completo ha vibrado con las experiencias de aviación y ha algo que solo puede apreciarse hoy por hoy en el cinematógrafo.

Los malagueños felicitan al Comité Organizador, exultante de satisfacción por las que se califican como las mejores Fiestas de Aviación celebradas en España. 

Utrilla Navarro, Luis; Historia del Real Aeroclub de Málaga, Málaga, 1998, CEDMA, Págs. 9-17.

No hay comentarios:

Publicar un comentario