Publicación Sociocultural desde Alhaurín
el Grande. Año XV. Núm. 68. PRIMAVERA 2018
Valle del Guadalhorce, Tierra de Miel y
Sol, de Luz y Color y de Gente Trabajadora
LA DEPRESIÓN CRÓNICA
EVA FLOR DE LIS. PSIQUIATRA. LACIBIS
La palabra depresión resulta ser
conocida por la mayoría de la población en general. No obstante, merece la pena
hacer algunas puntualizaciones en cuanto al carácter temporal o crónico que puede
tener este trastorno.
Para el diagnóstico de episodio
depresivo, habitualmente se requiere una duración de los síntomas de al menos
dos semanas, aunque períodos más cortos podrían ser aceptados si éstos fueran
excepcionalmente graves o de comienzo brusco.
La persona padece un episodio
depresivo sufre un humor bajo, una pérdida de la capacidad de interesarse y de
disfrutar de las cosas, una disminución de su vitalidad que lleva a una
reducción de su nivel de actividad y a un cansancio exagerado, que aparece
incluso tras un esfuerzo mínimo. Suele haber una disminución de la atención y
concentración, una pérdida de la confianza en uno mismo con sentimientos de
inferioridad o ideas de culpa junto con trastornos del sueño y del apetito.
El Trastorno depresivo recurrente se
caracteriza por la aparición de episodios repetidos de depresión. La edad de
comienzo y la gravedad, así como la duración y frecuencia de los mismos pueden
ser muy variables.
Los trastornos persistentes del
estado de ánimo suelen ser de intensidad fluctuante, en los que los episodios
aislados son rara vez los suficientemente intensos depresivos y leves. Dado que
duran años y en algunos casos la mayor parte de la vida adulta del enfermo,
suelen acarrear un considerable malestar y una serie de incapacidades. Entre
ellos, la Distimia es la depresión crónica del estado de ánimo, pero que no se
corresponde con la descripción o las pautas para el diagnóstico de un trastorno
depresivo recurrente, por su gravedad o por la duración de los episodios. En
este caso, el estado de ánimo deprimido se mantiene durante todo el día y
durante la mayoría de los días, en un período de 2 años o más años, durante el
cual los síntomas no remiten durante más de dos meses seguidos.
Los enfermos tienen a menudo días o
semanas en los que refieren encontrarse bien, pero durante la mayor parte del
tiempo (frecuentemente durante meses seguidos) se sienten cansados y
deprimidos, todo les supone un esfuerzo y nada les satisface, duermen mal y se sienten incapaces de todo, aunque
normalmente pueden hacer frente a las demandas básicas de la vida cotidiana.
Suele comenzar al iniciarse la edad adulta y evoluciona a lo largo de varios
años, o bien es de duración indefinida.
Hay diferentes formas de prevenir la
depresión, entre ellas mantener unos hábitos de vida saludables que incluyen
alimentación y sueño, así como hacer ejercicio físico con regularidad y
realizar actividades que nos sean placenteras.
Contacte con su médico si pese a
estas medidas presenta síntomas compatibles de depresión. Un abordaje
especializada desde Salud Mental mediante psicoterapia y/o tratamiento
psicofarmacológico podrían ser su solución.
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