jueves, 21 de marzo de 2019

VALLE DEL GUADALHORCE: UN PATRIMONIO AMENAZADO ANTE UN FUTURO INCIERTO


Publicación Sociocultural desde Alhaurín el Grande. Año II. Núm. 7. PRIMAVERA 2004
Valle del Guadalhorce, Tierra de Miel y Sol, de Luz y Color y de Gente Trabajadora

VALLE DEL GUADALHORCE: UN PATRIMONIO AMENAZADO ANTE UN FUTURO INCIERTO


SALVADOR DAVID PÉREZ GONZALEZ.
Licenciado en Historia, Doctor en Historia y Experto Universitario en Patrimonio y Gestión Cultural
En los últimos veinticinco años hemos asistido en nuestra comarca a un proceso creciente de toma de conciencia sobre la Historia, patrimonio y costumbre de nuestros pueblos. Prueba de ello sería la publicación de libros y artículos sobre los más variados temas, realizados por autores como Conejo Mir, Burgos Madroñero, J. Castillo Benítez, Bartolomé García-Guillén, V. Gallero Galván, J.A. Urbano Pérez, Pedro Dueñas, José Baquero Luque o Carlos Gozalbes Cravioto (además de un larguísimo etcetera). Estos son sólo algunos nombres de los que han trabajado o trabajan desde ámbitos tan distintos como la historia local, las investigaciones universitarias o las publicaciones científicas en revistas especializadas. Sus estudios fueron los primeros en el conocimiento de nuestro pasado y, junto con el acceso masivo de los jóvenes a la Universidad, sentaron las bases de la situación actual.
Si a este hecho añadimos el reciente nacimiento de asociaciones dedicadas a la defensa, promoción y estudio de nuestra historia y patrimonio (Foro Guadalhórcete, Procure, Cartima, etc…) o el cambo de actitud de las autoridades en algunas actuaciones (ejemplos tendríamos varios, como la protección y plan de puesta en valor del Cortijo de Torrealquería en Alhaurín de la Torre, consolidación de la fachada del Palacio de Montellano en Alhaurín El Grande, creación de salas arqueológicas y museísticas en Coín, Álora o el Valle de Abdalajís, realización de Congresos, etc.) podría parecer que la situación actual es buena o, al menos, aceptable. Nada más lejos de la realidad.
Nos hallamos ante un panorama incierto, donde priman la especulación, la degradación de los yacimientos y el desconocimiento y falta de valoración de la mayor parte de la sociedad (desconocimiento y falta de valoración que, como todos sabemos son las auténticas causas que colocan a muchos espacios en la antesala de la desaparición).
Así las cosas, el necesario proceso de Investigar-Difundir-Conservar se hace muy difícil debido a múltiples causas. La necesaria puesta en valor del Patrimonio del Valle del Guadalhorce está siendo un proceso lento y salpicado de demasiadas pérdidas de las que la chimenea industrial de la Fama (Alhaurín El Grande), la Ermita de Casapalma (Cartáma) o la casa de la Calle Vicario (Coín) son sólo los ejemplos más visibles y sangrantes que percibe la ciudadanía de una realidad preocupante.
A la alegría de la apertura de Museos y Salas Arqueológicas sólo le seguirá una enorme frustración si estos espacios no sirven para una verdadera toma de conciencia del ciudadano medio (proceso en el que todavía queda mucho por hacer). Es más, existe el peligro de que las instituciones, satisfecho lo políticamente rentable o lo socialmente exigible, descuiden las necesidades reales de un área tan extensa y maltratada como es el de la Cultura en sus más amplios términos.
Si nos sabemos transmitir nuestra inquietud a la sociedad en su conjunto (y no sólo a las personas más ilustradas) la batalla estará perdida de antemano y tendremos que contentarnos con los pocos restos que nos dejen el azar y el interés público por determinados lugares.
Yacimientos que desaparecen a la luz del día, expoliadores (en mayor o menor grado) que comercian con nuestro pasado o, como mal menor, lo atesoran, carencia de Cartas Arqueólogicas, inexistencia de revista especializadas sobre la Historia, Arte y Costumbres de nuestra comarca. Congresos cuyas Actas no ven la luz por dificultades económicas, edificios que se caen o son derribados, una red de archivos locales y de instituciones muy deficinte (a veces, se convierte en una auténtica aventura el llegar hasta las fuentes documentales), poca asistencia de público a actos culturales…
Todo esto en un contexto donde se lee poco, se escribe menos y los trabajos de investigación (o incluso de opinión) que llegan a ver la luz lo hacen prácticamente con cuentagotas. Esta es la realidad que tenemos y constatamos día tras día, viendo que por desgracia pocas cosas han cambiado en nuestro campo de trabajo.
Es el momento de reflexionar acerca de lo que estamos haciendo mal, y ponemos en marcha y trabajar todos unidos (Adminstración y ciudadanos) para salvaguardar una de nuestras mayores riquezas a las generaciones futuras. Los frutos sólo llegarán con el tiempo y el esfuerzo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario