Jueves, 5 de diciembre de 2019
LAS
EMPRESAS ZOMBIS CAEN A LA MITAD EN ESPAÑA CON LA RECUPERACIÓN
ANTONIO
MAQUEDA. Madrid.
Los muertos vivientes no
solo pululan por series y películas. En las pesadillas de los economistas también
caminan zombis. Así llaman a las empresas que no son rentables y que solo siguen
con pie porque están enchufadas a la respiración asistida de los bancos.
Mordieron con fuerza en
la crisis japonesa. Y ahora está irrumpiendo en el debate europeo. En su
reciente informe de estabilidad, el FMI ha advertido del riesgo de la deuda
empresarial vulnerable en varios países, entre ellos España. Sin embargo, el
Banco de España ha elaborado un estudio en el que niega que ese sea el caso:
estas sociedades, concluye, han caído a la mitad y en 2018 era ya solo el 8%,
muy lejos del 16% registrado en 2013. Zombilandia
no existe en España.
En medio de una burbuja, las empresas crecen a golpe de
endeudamiento animadas por la promesa de mayores crecimientos. Compran activos
pensando que estos les garantizarán una rentabilidad con la que devolverán los
préstamos. Sin embargo, una vez estalla la burbuja, ni valen lo que se creía ni
generan los beneficios suficientes como para abonar el servicio de la deuda. El
crédito se come el capital. Así que para poder sobrevivir entran en un ciclo
constante de refinanciaciones.
Las entidades financieras también sufren dificultades, no
quieren reconocer las pérdidas y deciden refinanciarlas en una patada hacia
adelante. Los accionistas aprueban más ampliaciones de capital tratando de
salvar su inversión. Y los bancos centrales, que buscan frenar el deterioro de
la economía, hunden los tipos de interés, permitiendo que sigan en pie estas
empresas.
Como resultado, estas compañías absorben el grueso de la
financiación, impidiendo que haya para otras. También copan el mercado en el
que operan, donde pese a no ser rentables tiran precios para evitar que entre
la competencia y mantenerse a flote.
En definitiva, estas empresas ni invierten, ni innovan, ni
son productivas. Generan poco valor. La OCDE las define como aquellas que de
manera recurrente no son capaces de hacer frente con sus beneficios al pago de
intereses.
En un contexto normal habrían sucumbido creativa, un concepto
que acuñó Schumpeter, habría abierto el paso a nuevas empresas sin cargas, más
innovadoras, eficientes y productivas. Sobre todo tras la Gran Recesión, que
debería haberlas purgado. Sin embargo, ahí están: transitan cual zombis y
truncan una mejor asignación de los recursos.
Algunos halcones del Banco Central Europeo (BCE) defienden
que les ha favorecido la actual política monetaria de tipos ultrabajos y
liquidez a mansalva. El gobernador del banco nacional de Austria, Robert
Holzmann, ha citado el riesgo de
dinámicas empresariales negativas. La
zombificación de empresas y bancos es un riesgo para el crecimiento,
declaró Klaas Knot, jefe del banco central holandés.
Estudios de la OCDE y del Banco Internacional de Pagos
sostienen que las últimas décadas los intereses bajos han posibilitado la
pervivencia de estas empresas obsoletas, hubieran desaparecido. Contribuye a la
falta de oportunidades para la inversión, dicen los expertos.
Un ejemplo: pese al desplome vivido en la producción de
cemento, en España continúan prácticamente las mismas empresas productoras. La
sobrecapacidad se perpetúa bajo una percepción de falsa solvencia. Y la
política monetaria se vuelve cada vez más adictiva para esquivar las quiebras,
razonan los críticos con la actual política monetaria ultralaxa.
En su reciente Informe de Estabilidad Financiera, el Fondo
Monetario Internacional (FMI) advierte de que las condiciones financieras han
facilitado que continúe el ciclo de la deuda corporativa, con una mayor toma de
riesgos y deuda. Las vulnerabilidad son
elevadas y a menudo reflejan la
debilidad para hacer frente a los costes financieros, afirma. Y destaca
como vulnerables a China, EE.UU., Reino Unido, Italia, Francia y España. ¿Acaso
hay una epidemia zombi enquistada en la economía española?
En un informe que presentó la semana pasada (5/12/2019), el
Banco de España admite que existen vulnerabilidades. Señala que se aprecia
mucha desigualdad empresarial con un 30% de las sociedades todavía presentando
rentabilidades negativas en su actividad ordinaria.
Dicho esto, al contrario que en otros países, en España la
deuda empresarial han caído a plomo desde el 120% del PIB al 74%. Cuando los
pasivos caen tanto parece difícil argumentar que haya una proliferación de
empresas zombis que aguantan a costa de refinanciaciones, defienden fuentes del
Banco de España.
El supervisor español habla de empresas vulnerables, aunque
en realidad está usando una definición similar a la que emplea la OCDE para las
compañías zombis. Y estas han pasado de representar el 16% en 2013 a situarse
en el 8% en 2018, según la central de balances, la base de datos del Banco en
que se incluyen más de medio millón de sociedades.
O lo que es lo mismo, las empresas zombis bajan a la mitad.
Si bien el organismo dirigido por Pablo Hernández de Cos ha detectado un leve
repunte durante 2019 con cifras de grandes empresas.
Mejor que en 2008
Aunque la mejora experimentada con la recuperación es
significativa, también es importante ver cuántas podrían mutar en zombis si
empeora la actividad. Para ello, el Banco de España aplica una prueba de
resistencia a sus balances, sometiéndose a un ajuste de la economía
equivalente a la mitad de la anterior crisis sostenido durante dos años. Y hace
eso con las empresas de la central de balances en 2008 y 2018. La idea es
comprobar si ahora están mejor.
El resultado del examen es que el endeudamiento vulnerable
habría aumentado un 14% en 2008 y un 4% en 2018. En porcentaje del PIB, la
deuda zombi habría subido en las empresas de 2008 en seis puntos más de 70.000
millones. En cambio, con las de 2018 sólo crecería un 1,6 puntos casi 20.000
millones. En conclusión, en estos momentos están más preparadas, sobre todo
porque han recortado mucho la deuda y han ganado mercado tras las quiebras de
competidores.
El Banco de España esgrime este estudio para contestar al FMI
justo cuando toma fuerza el debate en Europa. España no es un caso de zombilandia empresarial. Según explican
fuentes del organismo, antes de la crisis hubo una mala asignación del crédito, concentrándose en empresas menos productivas de la construcción que, además,
sacaban a los jóvenes de la formación. Sin embargo, ahora, según otro estudio
del Banco, las empresas más saneadas y productivas son las que obtienen la
financiación. Y prueba de ello es que la inversión empresarial se ha comportado
mejor que en el resto de Europa.
Las quiebras en la construcción, la reestructuración
financiera y el traspaso de activos tóxicos al banco malo han permitido limpiar y acabaron con las
refinanciaciones artificiales que otorgaban las entidades. Fuentes del
supervisor recuerdan que en España se abordó un gran saneamiento, y recalcan
que aquí los muertos están bien enterrados.
LAS COMPAÑÍAS VULNERABLES DEBEN UNOS 85.000 MILLONES
La central de balances del Banco de España precisa que 2013
las empresas vulnerables o zombis tenían en sus manos el 25% de la deuda. En
estos momentos, con cifras de 2018, sólo suponen el 10%, unos 85.000 millones.
Y sumaban casi el 15% del empleo frente al 4% de la actualidad.
Pese a la mejora, todavía se percibe síntomas claros de
vulnerabilidad. El propio Banco de España apunta que casi un tercio de las
empresas no arrojan rentabilidad positiva. El Informe de Estabilidad Financiera
del Banco subraya que la posición
patrimonial de las sociedades ha mejorado con la recuperación, pero que ya se empieza a observar indicios de un cierto
deterioro de la rentabilidad. Y recuerda que las empresas medianas son las que tienen que realizar mayores esfuerzos
para cumplir con sus obligaciones financieras.
El FMI alerta de que en algunos países, entre los que cita a
España, existe mucha deuda que considera una inversión especulativa y que podría migrar
a vulnerable (estos es: zombi) si hay un deterioro de la economía.
Podría incluso llegar a niveles de la anterior crisis, dice
el Fondo, en parte por la elevada presencia de pymes.
La ventana de
oportunidad para que se siga dando una mejora cíclica de las métricas de
endeudamiento probablemente se ha cerrado. Ventas y beneficios en las grandes
empresas de la zona euro parecen haberse debilitando más que EE.UU., afirma el FMI.
En el fondo, estos datos constatan una desigualdad
empresarial que va en aumento, dice un reciente documento de la Comisión
Europea sobre Innovación. Hay una mayor distancia entre las que son
innovadoras, internacionalizadas o tecnológicas y las que no. Las primeras
cada vez son más rentables. Sin embargo, las menos productivas o zombis
simplemente sobreviven gracias a las condiciones financieras, las ayudas
públicas, las legislaciones favorables, las barreras a la competencia o los
salarios estancados.
Una parte de las empresas es todavía muy sensible a una
subida de tipos, dice el Informe de Estabilidad del Banco de España. Pero a la
luz de estos datos no parece la única amenaza: una caída de la actividad, un encarecimiento
de las materias primas, un alza de impuestos o un aumento de los costes
laborales. Cualquier shock podría
debilitarlas.
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