Trillo (Guadalajara), 24 de Mayo de
1847. Ha venido a
este pueblo un comisionado de la hermandad del Refugio de Madrid con objeto de
proporcionar local con cierto número de camas y contratar el suministro de
raciones para los enfermos que anualmente socorre tan benéfica corporación,
costeando todos los años la venida de la corte a estos baños, y dándoles 50
reales a cada uno. Este paso dado por la hermandad la honra mucho y prueba
hasta el último punto cuánto se interesa por el bien de la humanidad doliente y
desvalida, pues remitiéndose todas las temporadas de 100 a 120 enfermos, e invirtiéndose
en esta limosna de 10.000 a 12.000 reales, no produce tan benéfico
desprendimiento los laudables efectos que se propone la institución, y serían
de desear, por seguirse el antiguo orden adoptado en este punto; pero valorándolo, con los mismos gastos o con alguna cantidad más se logrará lo que
se apetece.
El
alcalde y administrador de los baños minerales han contestado a los atentos
oficios de la hermandad diciendo que harán cuanto esté de su parte para el
logro de aquel intento; pero nada se ha ejecutado definitivamente; más es de
esperar que todo quede arreglado para la inmediata temporada, mediante a que el
comisionado ha manifestado que a su paso por Guadalajara entregó otra
comunicación al Sr. D. Mariano José González y Crespo, director de los baños, y
que este le dijo que, abundando en los mismos deseos que la hermandad,
contribuiría con la mayor eficacia a la realización de sus ideas, a cuyo efecto
pasaría a la corte para arreglar del mejor modo posible un asunto de tanta
importancia y tan útil para el bien de los enfermos.
Nosotros,
que sabemos por una continuada experiencia la actividad y celo del Sr. Director
no dudamos que así suceda.
El
administrador del establecimiento ha hecho algunos reparos en una fuente de
agua fresca y para que brote en el camino de los baños que hizo edificar en
abril del año anterior (1846) el señor director, poniendo de nueva plantación
varias calles de árboles.
Este
manantial, con el nombre de Fuente Alegre, sirve para templar la sed de los
bañistas y del público en un sitio desprovisto de aguas potables. También se
están labrando las piedras para concluir el enlosado de la casa de Carlos III.
Se va a reparar y a revocar los edificios, y a levantar en el hospital la nueva
capilla para que todo esté corriente parta la inmediata temporada; por manera
que los trabajadores reportan el beneficio de tener donde ganar el sustento.
Igualmente
contribuye a esto la obra de la casa que ha principado a edificar el Sr. D.
Juan Bautista Reig en la línea opuesta, y poco más arriba del edificio de
Carlos III; la presencia del Sr. Reig y la de su hijo D. Lino hace que la obra
siga con mucha actividad.
Los
calores son excesivos y bastante seco el tiempo; hoy se ha sacado en rogativa a
la Virgen del Rosario, conduciéndola de su ermita a la iglesia parroquial para
pedir al Todopoderoso por la intercesión de esta Señora que mande lluvias, pues
el agua va ya haciendo notable falta. (T.)
Gaceta
de Madrid, núm. 4369, de 28 de Mayo de 1847, página 2
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