Ronda, 14 de
Agosto de 1822.
El comandante general de este distrito ha publicado la
siguiente proclama:
Habitantes de
Ronda y su partido: Los enemigos del orden, los hijos espúreos de la madre
patria, que imitando a la víbora quieren despedazar a la que les dio el ser;
los que cubiertos con la máscara de una religión que desconocen, la hacen
juguete de sus codiciosos caprichos, y los que buscan en el desorden el pillage
y el robo; alzaron entre un pueblo pacífico el pendón funesto de la rebelión;
la señal de alarma fue lanzar tiros al símbolo benéfico de nuestra regeneración
política, a la lápida de la Constitución de esta ciudad; huyeron despavoridos
con la protección de las tinieblas, y reuniendo los ilusos de la serranía,
empezaron los estragos análogos a sus detestables vicios.
En pos de tales
monstruos salieron los valientes nacionales de esta ciudad; y los cobardes, que
los esperaban entre las grietas de sus ásperas breñas, vertieron la inocente
sangre de D. Josef Montalbo y D. Josef Gil; murieron, sí, murieron, pero serán
eternos en la memoria de los buenos, y sus manos, que nos piden la venganza,
nos enseñan el camino de la gloria. Apenas supe este atentado volví a este
punto; he tomado exactos conocimientos; no desconozco ya a los buenos ni a los
malos, y con la ley en una mano y la espada en la otra muy luego desaparecerán los
inicuos que momentáneamente alteraron el sosiego.
Habitantes de Ronda y su partido: el valiente ejército
español jamás supo ser perjuro; juró el Código sagrado que nos rige, y sobre
los esqueletos de sus enemigos lo sostendrá a toda costa; tended la vista a esa
serranía, y cuando seres viles decían que no había un soldado que se opusiese
al alzamiento, veréis hormiguear en toda ella columnas volantes de Cádiz,
Sevilla, Campo de S. Roque, Málaga, Guadix y Granada; cuya muchedumbre no
retiro por no dar a su patriotismo el disgusto que le cabría de su separación.
Serranos: voy a operar; desgraciado el que desatienda sus deberes; ante la ley
de igualdad que felizmente nos gobierna no hay privilegios o ni distinciones,
ni entre Constitución o muerte término medio. El comandante general de este
distrito militar. Pedro Villacampa. Ronda, 13 de Agosto de 1822.
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