Publicación Sociocultural desde Alhaurín
el Grande. Año II. Núm. 7. PRIMAVERA 2004
Valle del Guadalhorce, Tierra de Miel y
Sol, de Luz y Color y de Gente Trabajadora
VALLE DEL GUADALHORCE: UN PATRIMONIO AMENAZADO ANTE
UN FUTURO INCIERTO
SALVADOR DAVID PÉREZ GONZALEZ.
Licenciado
en Historia, Doctor en Historia y Experto Universitario en Patrimonio y Gestión
Cultural
En los últimos veinticinco años hemos
asistido en nuestra comarca a un proceso creciente de toma de conciencia sobre
la Historia, patrimonio y costumbre de nuestros pueblos. Prueba de ello sería
la publicación de libros y artículos sobre los más variados temas, realizados
por autores como Conejo Mir, Burgos Madroñero, J. Castillo Benítez, Bartolomé
García-Guillén, V. Gallero Galván, J.A. Urbano Pérez, Pedro Dueñas, José
Baquero Luque o Carlos Gozalbes Cravioto (además de un larguísimo etcetera).
Estos son sólo algunos nombres de los que han trabajado o trabajan desde
ámbitos tan distintos como la historia local, las investigaciones
universitarias o las publicaciones científicas en revistas especializadas. Sus
estudios fueron los primeros en el conocimiento de nuestro pasado y, junto con
el acceso masivo de los jóvenes a la Universidad, sentaron las bases de la
situación actual.
Si a este hecho añadimos el reciente
nacimiento de asociaciones dedicadas a la defensa, promoción y estudio de
nuestra historia y patrimonio (Foro Guadalhórcete, Procure, Cartima, etc…) o el
cambo de actitud de las autoridades en algunas actuaciones (ejemplos tendríamos
varios, como la protección y plan de puesta en valor del Cortijo de
Torrealquería en Alhaurín de la Torre, consolidación de la fachada del Palacio
de Montellano en Alhaurín El Grande, creación de salas arqueológicas y
museísticas en Coín, Álora o el Valle de Abdalajís, realización de Congresos,
etc.) podría parecer que la situación actual es buena o, al menos, aceptable.
Nada más lejos de la realidad.
Nos hallamos ante un panorama
incierto, donde priman la especulación, la degradación de los yacimientos y el
desconocimiento y falta de valoración de la mayor parte de la sociedad
(desconocimiento y falta de valoración que, como todos sabemos son las
auténticas causas que colocan a muchos espacios en la antesala de la
desaparición).
Así las cosas, el necesario proceso
de Investigar-Difundir-Conservar se hace muy difícil debido a múltiples causas.
La necesaria puesta en valor del Patrimonio del Valle del Guadalhorce está
siendo un proceso lento y salpicado de demasiadas
pérdidas de las que la chimenea
industrial de la Fama (Alhaurín El Grande), la Ermita de Casapalma (Cartáma) o
la casa de la Calle Vicario (Coín) son sólo los ejemplos más visibles y sangrantes
que percibe la ciudadanía de una realidad preocupante.
A la alegría de la apertura de Museos
y Salas Arqueológicas sólo le seguirá una enorme frustración si estos espacios
no sirven para una verdadera toma de
conciencia del ciudadano medio (proceso en el que todavía queda mucho por
hacer). Es más, existe el peligro de que las instituciones, satisfecho lo políticamente rentable o lo socialmente exigible, descuiden las
necesidades reales de un área tan extensa y maltratada como es el de la Cultura
en sus más amplios términos.
Si nos sabemos transmitir nuestra
inquietud a la sociedad en su conjunto (y no sólo a las personas más
ilustradas) la batalla estará perdida de antemano y tendremos que contentarnos
con los pocos restos que nos dejen el azar y el interés público por
determinados lugares.
Yacimientos que desaparecen a la luz
del día, expoliadores (en mayor o menor grado) que comercian con nuestro pasado
o, como mal menor, lo atesoran, carencia de Cartas Arqueólogicas, inexistencia
de revista especializadas sobre la Historia, Arte y Costumbres de nuestra
comarca. Congresos cuyas Actas no ven la luz por dificultades económicas,
edificios que se caen o son derribados, una red de archivos locales y de
instituciones muy deficinte (a veces, se convierte en una auténtica aventura el
llegar hasta las fuentes documentales), poca asistencia de público a actos
culturales…
Todo esto en un contexto donde se lee
poco, se escribe menos y los trabajos de investigación (o incluso de opinión)
que llegan a ver la luz lo hacen prácticamente con cuentagotas. Esta es la
realidad que tenemos y constatamos día tras día, viendo que por desgracia pocas
cosas han cambiado en nuestro campo de trabajo.
Es el momento de reflexionar acerca
de lo que estamos haciendo mal, y ponemos en marcha y trabajar todos unidos
(Adminstración y ciudadanos) para salvaguardar una de nuestras mayores riquezas
a las generaciones futuras. Los frutos sólo llegarán con el tiempo y el
esfuerzo.
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