sábado, 18 de mayo de 2019

ASOCIACION HOSPITAL CARLOS HAYA


ASOCIACIÓN HOSPITAL CARLOS HAYA

Un grupo de gentes buenas, de excelente corazón, a los que les importa el prójimo olvidándose de ellos mismos, pertenecientes al Hospital Carlos Haya, desde hace tiempo se dedicaban a crear un ambiente positivo en el citado hospital, a intentar echar una mano, la de la caridad, haciendo grata la estancia, a los que allí están encamados. Cuando el hospital cumplió cuarenta años, hace cinco, idearon una serie de actividades para la celebración tales como conferencias, exposiciones y fiestas con dedicación especial para los que habían cumplido 15 años en el centro. Pasadas las celebraciones decidieron seguir y así dieron origen a esta ASOCIACIÓN HOSPITAL CARLOS HAYA, cuyos estatutos fueron aprobados el 18 de mayo de 1996 y que, en la actualidad, cuenta con 268 empleados que abonan mensualmente una cuota de 100 pesetas.
Los fundadores que compusieron la primera junta directiva fueron Jaime López Ojeda como presidente, Jorge Maldonado como vicepresidente, Isabel Galindo como secretaria, Vicente Sandoval como tesorero y como vocales Teresa Cantos, Carmen Gámez, Carmen Roque, Alberto Salinas, Francisco Vicaria, Concepción Casado y María Victoria Ordóñez.
La actividad, dicho queda arriba, está referida a la ayuda en los Hospitales Carlos Haya, Materno Infantil, Hospital Civil y Hospital Ciudad Jardín. Y si hay fiestas apropiadas para los niños, las de Navidad, se llevan la palma y de ellas la de los Reyes Magos, con su cargamento de ilusión, marca el momento álgido.
Diversos actos crean un clima de agrado y distensión. Varios socios se visten de Reyes y reparten regalos para todos los los enfermos que pasan de 600. Todos los enfermos reciben su visita y su obsequio.
Cuando llega mayo, los niños ayudan, pintando, recortando, pegando o echando una mano de cualquier manera para construir una hermosa cruz que se instala en el jardín de infancia en el Materno Infantil. Los niños de ese mismo hospital son llevados a la Feria de la mano de la Federación Malagueña de Peñas y la Concejalía de Cultura, con diversiones apropiadas, payasos, juegos, etc.
Hay otra serie de actividades como pueden ser campeonatos de fútbol sala, que se jugaron durante dos años; la participación de los Coros de la Tercera Edad del Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre, con quien se mantienen excelentes relaciones, ya que la concejala de Bienestar Social fue trabajadora compartiendo oficio e ilusiones con los asociados y actúan en los actos de entrega de regalos a los niños del Materno. Su lema es buscar excusas durante el año para tener a los niños enfermos entretenidos.
Una fecha memorable, cada año, es el Lunes Santo, cuando El Cautivo, al mediodía, visita el Hospital Civil en un acto concurrido y, por demás, emotivo.
No tienen local, ya que no hay espacio, pero si hacen exposiciones de pintura y escultura y buscan un colegio para ello, cuando no, en los mismos centros donde celebran amenas charlas y hasta encuentran un cortijo para las fiestas a celebrar los asociados. Instalan, como está mandado, su caseta en la Feria, en la que celebran amenas veladas nocturnas y a la que acuden algunos socios, al mediodía, montados en sus briosos caballos, para dar brillantez al paseo de caballos y carruajes. La Navidad la animan, también, particularmente, fuera de los recintos hospitalarios, con una buena fiesta campera en la que los más atrevidos demuestras sus excelencias en el arte de Cúchares y hasta tuvieron el detalle, que detalle y bueno, es, de hacer la restauración del cuadro existente a la entrada del Hospital Civil.
Me dice el presidente, Jaime López, que son pedigüeños; pero lo que piden es para intentar, al menos, humanizar el ambiente del hospital.
La ministra de Sanidad, Celia Villalobos y el consejero de Salud, Dr. Ángel Garigo, han pasado por la Asociación interesándose por su actuación.
Galería de presidentes. Jaime López Ojeda.

FADÓN HUERTAS, F., Historia de las Peñas de Málaga (II), Federación Malagueña de Peñas, Centros Culturales y Casas Regionales LA ALCAZABA, Málaga, 2000, pág. 104-106.

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