Publicación Sociocultural desde Alhaurín
el Grande. Núm. 70. Otoño 2018
Valle del Guadalhorce, Tierra de Miel y
Sol, de Luz y Color y de Gente Trabajadora
SALVADOR DAVID PÉREZ GONZALEZ
Al igual que en Málaga[1]
o en Córdoba[2],
ciudades en las que también encontramos este curioso topónimo, el origen de
esta conocida calle alhaurina podría estar en la existencia en ellas de
talleres cerámicos dedicados a la fabricación de ollas.
No en
vano, el Diccionario de Autoridades
recoge esta palabra, aunque en singular, señalando que una ollería no es sino La oficina, tienda o barrio donde se hacen y
venden las ollas[3].
Nuevamente, esta fuente parece darnos la clave, mencionándonos que tanto la producción como la comercialización solían ir aparejadas, quizás por motivos de comodidad y dada la fragilidad del barro cocido.
Nuevamente, esta fuente parece darnos la clave, mencionándonos que tanto la producción como la comercialización solían ir aparejadas, quizás por motivos de comodidad y dada la fragilidad del barro cocido.
En cualquier caso, la práctica de la alfarería
requiere la existencia de un caudal de agua, que en este caso sería
suministrado por la cercana acequia de San Antón, cuyo paso por Ollerías hace que esta calle sea
conocida, popularmente, entre los alhaurinos como la de detrás del río, Trá er río[4].
Un río que, aquí, no sería una corriente natural de agua, sino el caudaloso ramal que allí llegaba desde los pies de nuestra sierra y tras atravesar las calles Molinos de Arriba y Molinos de Abajo, abasteciendo de agua a los molinos harineros y de aceite allí ubicados.
Un río que, aquí, no sería una corriente natural de agua, sino el caudaloso ramal que allí llegaba desde los pies de nuestra sierra y tras atravesar las calles Molinos de Arriba y Molinos de Abajo, abasteciendo de agua a los molinos harineros y de aceite allí ubicados.
Por nuestra parte, y en el caso de la Calle
Ollerías, debemos reseñar como en 1961, fecha relativamente reciente, aún
existían dos molinos en activo en ella pertenecientes a D. Salvador García
Aragón y a D. Manuel Moreno Zea[5].
Muy visibles son, aún, los rastros de la práctica
de la molinería en Calle Ollerías. En una de las esquinas que conecta esta vía
con la Calle San Sebastián, aún puede apreciarse un trozo de rueda de molino, a
modo de cantonera[6].
Un poco más abajo, y en la misma acera, existen aún
las ruinas de un edificio de notables proporciones e indudable uso molinero.
Tanto por su tipología como por sus materiales podríamos datarlo, claramente en
la Edad Moderna, y muy posiblemente en el siglo XVII, si bien parece
encontrarse sobre un molino anterior. En el mismo conjunto, y a modo de
torreta, se encontraría una alcubilla, quizás el único vestigio de todo el
conjunto anterior a la Reconquista, y que habría sido reformada y reutilizada
en la construcción moderna. De ella, y haciendo caer el agua desde la altura,
se moverían los engranajes hidráulicos del molino.
Desconozco por qué motivo se ha tratado de
identificar esta alcubilla, en los últimos tiempos, con una torre islámica de
carácter defensivo. Una opinión que no se encuentra avalada ni por
documentación histórica alguna, ni por la opinión de ningún arqueólogo experto
en la materia. Y ello, a pesar de que tanto Virgilio Martínez Enamorado como
Sebastián Fernández López, ambos profesores de Málaga y buenos conocedores de
Alhaurín El Grande, la hayan mencionado nunca en sus estudios, siendo, tal vez,
dos de los mayores expertos en la Málaga andalusí.
En nuestra modesta opinión tanto por su
emplazamiento al pie de una pequeña colina, y no en altura, como por su lejanía
del núcleo urbano del Alhaurín andalusí, perfectamente delimitado, y a bastante
distancia, en modo alguno nos encontraríamos ante una construcción de carácter
militar, pues nula podría ser su utilidad en este sentido.
Para finalizar, y volviendo a la toponimia, debemos
señalar cómo las primeras referencias a Calle Ollerías no las encontramos hasta
mediados del siglo XVIII. Burgos Madroñero recoge la existencia de este
topónimo, unido al de Rivera del
Nacimiento, en el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1751[7].
[1] Cfr. MERIDA, D. 3.900 calles. Enciclopedia del callejero
malagueño. Málaga, Área de Cultura del Excmo. Aytº. de Málaga, 2004.
[2] El distrito centro de
Córdoba alberga, también, un barrio de esta denominación. El barrio de las
Ollerías.
[3] Diccionario de la Lengua Castellana, Madrid, 1737, Imprenta de la
Real Academia Española, Tomo V, pág. 35.
[4] FERNANDEZ GARCIA, J., Romancero desde un pueblo andaluz. Cambios entre el viejo y el nuevo
Alhaurín El Grande. Málaga, 2007, pág. 101.
[5] PEREZ GONZALEZ, S.D.,
MORILLO DEL CASTILLO, M.C., El Patrimonio
hidráulico de Alhaurín El Grande, en ROSAS FERNANDEZ, A., MORILLO DE
CASTILLO, M.C. (Coord.), Catálogo del
Patrimonio Hidráulico de Alhaurín El Grande, Pizarra, Sociedad Cultural
Guadalhorcéte, 2008, Vol. I, pp.99-100.
6 Las cantoneras eran
piezas de piedra, generalmente inservibles y procedentes de derribos, que
durante la Edad Moderna protegían las esquinas de las construcciones del roce de
los carruajes y caballerías.
7 BURGOS MADROÑERO, M.,
Alhaurín El Grande. De la Edad Media al
siglo XVIII, Jábega, núm. 34, Málaga,
Excmª. Diputación Provincial de Málaga, 1981, pág. 80.
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