Cártama, 30 de Marzo de 1859. Es promulgada
la Ley por la que se aprueba la construcción de línea ferroviaria general de
Andalucía, dividida en secciones, e incluyendo en la sección Bobadilla-Málaga
el recorrido por nuestro valle. La concesión de esta obra recayó en don Jorge
Loring, como representante de los industriales malagueños que constituirían la
empresa Sociedad del Ferrocarril de
Córdoba a Málaga. Al margen de la explotación de la línea ferroviaria, el
máximo interés de la recién formada sociedad radicaba en la prolongación de esta
hasta los yacimientos carboníferos de Belmez y Peñarroya, por exigencia de los
inversores que a cambio se comprometían a poner en servicio público la línea
ferroviaria.
Aunque el proyecto original de trazado ferroviario para la provincia
de Málaga, no contemplaba este tramo de vía férrea, tras el cambio político que
supuso la revolución de 1854, el principal precursor de este proyecto, don José
de Salamanca, se vio obligado a pasar al exilio, por lo que se abandonó el
proyecto presentado por este señor, que pretendía evitar el paso por el valle
del Guadalhorce; para retomar el de Martín Larios, finalmente desarrollado. El
cambio de trazado dio confianza a los empresarios malagueños Loring, Larios y
Heredia para unir sus fuerzas y presionar al gobierno, que autorizó un
estudio-proyecto para la conexión ferroviaria entre Málaga y Córdoba, que
realizaría el Ingeniero Máximo de Perea en 1857.
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