Cártama, 12 de
Abril de 1931. Sr. don Miguel González Negrete resulta
nuevamente elegido alcalde; pero se ve obligado a abandonar la alcaldía con el
cese decretado por el Gobierno Civil y posterior eliminación del artículo 29.
El señor
Negrete debía de sentir que se le había robado el puesto en la alcaldía que
legalmente le había concedido las urnas. Se hablaba de compra de votos y pucherazo, lo cual crispaba el ambiente
y aumentaba la distancia entre las partes. González Negrete contaba por entonces con
67 años de edad, era hombre curtido en la estrategia del poder y acostumbrado a
tomar decisiones, por lo que no dejó de luchar por recuperar lo que consideraba
suyo por justicia, buscando aliados incluso entre sus opositores, aprovechando
los enfrentamientos internos de la izquierda cartameña.
La rivalidad entre las izquierdas cartameñas queda de
manifiesto cuando el señor Vargas Franco manda detener a cuatro concejales
miembros de su corporación el día 28 de julio, por observar un comportamiento
ofensivo durante los plenos municipales; circunstancia de la que es informado
el Gobernador Civil que envía a don Miguel de Luna López, como delegado
gubernativo que preside la apertura de la sesión del día 29 de julio, para
hacer un llamamiento a los asistentes sobre el comportamiento que deben
observar durante los debates y con la opinión de sus compañeros.
Acusa además el señor Alcalde a la mayoría socialista, de
tomar decisiones sin informarle ni consultarle; y de desfilar todos por casa
del señor Negrete, al que en las actas se le llama el cacique, para recibir dinero.
Los Concejales se justifican diciendo que ante la dificultad
de los tiempos y el temor a ser detenidos fueron a pedir un préstamo a don José
González Marín, para el sustento de sus familias. Fuese verdadero o falso, lo
cierto es que dejaba el sentimiento de que el señor Negrete compraba la voluntad
de los concejales socialistas.
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