PASIÓN DEL
Miércoles, 7 de Febrero de 2018
UN
NOMBRAMIENTO FALLIDO EN LA COFRADÍA DEL CRISTO DEL AMOR
ANDRES CAMINO
Uno de
los períodos de mayor esplendor de la historia de la Semana Santa malagueña se
vivió en el decenio de los años veinte del pasado siglo, con la fundación de la
Agrupación y el resurgimiento de antiguas cofradías o el nacimiento de otras
nuevas, siendo una de estas últimas la Cofradía del Amor.
Esta
corporación surgió en el año 1923 a instancias de un grupo de fieles
victorianos, animados por el entonces párroco de la iglesia de la Victoria,
Juan Rodríguez Gutiérrez, que comenzó a rendir culto a las efigies de un
Crucificado y una Dolorosa, de tamaño académico, que tenían las monjas
agustinas descalzas en su convento del Compás de la Victoria. Esta cofradía se
constituyó bajo la advocación del Santísimo Cristo del Amor, redactó sus estatutos
para su gobierno y quedó establecida en la residencia canónica del templo
patronal. Al año siguiente, la novel hermandad ingresó en la organismo
agrupacional, presidido por Antonio Baena Gómez, y realizó su primer desfile
procesional en la jornada del Viernes Santo.
Desde
sus inicios, los cofrades del Amor mantuvieron afectivos lazos con la Orden de
San Agustín, a la que se nombró hermano mayor honorario en 1930, como aparece
reflejado en la edición del periódico La Unión Mercantil del 10 de julio: En
Cabildo recientemente celebrado por esta simpática Cofradía, se acordó nombrar
Hermanos Mayores Honorarios a los Rvedos. Padres Agustinos. En cumplimiento de
dicho acuerdo una comisión de la misma, presidida por su hermano mayor don
Alfredo Klupt Amat, pasó a visitar al Superior de dicha comunidad, haciéndose
entrega del nombramiento y de un cuadro fotografía ampliación del Titular de la
Cofradía. La comisión salió altamente satisfecha de la favorable acogida que
les dispenso y de las atenciones recibidas.
OFRECIMIENTO
Unos
días más tarde, concretamente el 22 de julio, la cofradía se dirigió a monseñor
Federico Tedeschini, nuncio apostólico de Su Santidad Pío XI en España
(1921-1936), comunicándole que se había nombrado hermano mayor honorario a la
Orden Agustiana y a él se le ofrecía el cargo de mayordomo de honor del
Santísimo Cristo, siendo esta petición de este tenor literal: La Real Cofradía
del Santísimo Cristo del Amor cuyo titular se venera en la capilla del convento
de las RR. Madres Agustinas de Málaga, y erigida canónicamente en la iglesia de
Nuestra Señora de la Victoria, patrona de Málaga, aceptando con cariñosísimo
oficio de fecha de 12 de julio de 1930, año correspondiente al XV centenario de
la muerte de nuestro gran padre San Agustín el nombramiento de hermanos mayores
honorarios y directores de cultos, uniéndose a nuestra hermandad muy efusivamente.
Para llegar al máximum de nuestro recocijo y llevar a esta modesta cofradía a
un extremo de seriedad, imprimiendo en ella un carácter excepcional, en nombre
de todos mis hermanos suplico a su Eminencia, se sirva honramos aceptando el
título del Gran Mayordomo de honor del Santísimo Cristo del Amor. Favor
inmerecido que se esperan de su inmensa bondad, estos cofrades.
Con
fecha 29 de julio, el nuncio, a su vez, redactó un escrito al obispo de la
diócesis de Málaga, Manuel González García (1920-1935), dándole cuenta de la
petición que le habían formulado los hermanos del Santísimo Cristo del Amor y
solicitando información y consejo al respecto. Casualmente en ese día, la
cofradía remitió un nuevo oficio al representante del Papa en España,
reiterando lo solicitado en la misiva del 22 de julio.
Mientras
se aguardaba la respuesta, se produjo en el sur de Italia un terremoto. Ante
tal catástrofe natural, la Cofradía del Amor se solidarizó con las víctimas,
enviando el 2 de agosto sus condolencias a monseñor Federico Tedeschini. La
alta autoridad eclesiástica respondió con un cariñoso despachó: Muy agradecido
por afectuoso mensaje con motivo catástrofe sísmica Italia. Bendigo a usted y
amadísimos cofrades.
Por su
parte, el obispo González García cumplió, tras las oportunas indagaciones, con
lo requerido por Teleschini. Le escribió el 21 de agosto desde Elorrio,
municipio de la provincia de Vizcaya, en los siguientes términos: En
contestación a su muy apreciada carta debo decir que la Cofradía del Santísimo
Cristo del Amor no goza de tanto prestigio y veneración en Málaga, que merezca
tener como mayordomo de honor al Nuncio de Su Santidad en España, pues no solo
es muy modesta, sino que sus cofrades no se someten a las disposiciones
eclesiásticas, en lo referente a buscar recursos económicos con fiestas
profanas. Esta es mi opinión en este asunto. Podría excusarse diciéndoles que
la gracia que ellos piden suele reservarse para cofradías de mucha más
antigüedad y de tradición muy piadosa.
La
referencia que hizo el prelado a las fiestas profanas tenía una clara explicación.
Durante su etapa de obispo auxiliar de Málaga (1915-1920) mandó publicar en el
Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado, de 1919, una circular dirigida a las
cofradías de la diócesis, reprobando la práctica habitual de éstas de
procurarse recursos pecuniarios mediante el cebo de espectáculos públicos, con
que atraen a las gentes y les hacen soltar el dinero sensiblemente.
CULTOS Y PROCESIÓN
Desde
Villagarcía de Arosa, en Pontevedra, lugar de veraneo del nuncio, éste
respondió el 28 de agosto a la cofradía victoriana, agradeciendo el
ofrecimiento, pero declinando el cargo en favor de otra persona que creyera
conveniente la cofradía. Sin embargo, dicha respuesta no desanimó a los
hermanos. Una nueva petición surgió en el seno de la hermandad, que pretendía
que el nuncio aceptara oficiar los cultos cuaresmales y participar en la
presidencia de la salida penitencial del Viernes Santo de 1931.
El mayodorno-presidente
de la cofradía, Alfredo Klupt y Amat (1930-1934), dirigió un oficio el 25 de
febrero de ese año, exponiendo que la Real Cofradía que presidía celebraría los
días 6, 7 y 8 de marzo, un solemne y devoto triduo en honor y gloria de su
amado titular, cuyos trabajos de organización están completamente terminados,
ya que para todo hemos tenido la suerte de contar con el valiosísimo concurso
nuestros muy queridos y respetados hermanos mayores honorarios y directores de
culto, los RR.PP. Agustinos de Málaga. Klupt informó, además, que tanto la misa
como el jubileo sacramental del día 8 serían aplicados en sufragio por los
generales, oficiales y soldados que fallecieron heroicamente en la guerra de
Marruecos y que conociendo el amor de Su Excelencia por España y por nuestro
ejército, nos permitimos el honor de invitarle para presidir esta piadoso acto
de caridad cristiana, y para el cual están invitándose a nuestras autoridades
locales y a la oficialidad de esta guarnición de Málaga. Como pensamos sea
difícil para Su Excelencia el concurrir personalmente, como es el deseo de
todos nosotros, le suplicamos muy encarecidamente la hiciera por delegación,
bien en nuestro muy querido prelado, o también en nuestro hermano mayor
honorario y director de cultos R.P. Noberto V. Nieto, director del colegio de
Agustinos de Málaga. Al mismo tiempo nos permitimos suplicar de Su Excelencia
hiciera extensiva su representación, para la procesión de nuestro amado
titular, que tendrá lugar el Viernes Santo a las seis de su tarde, desde la
iglesia de Ntra. Señora de la Victoria, y que dada su inmensa bondad, saldrá
confortada por las sagradas indulgencias con que se sirvió premiarla su
Ilustrísima. Favores que esperamos se nos conceda, contando con la inmensa
generosidad de su corazón y a lo que siempre sabrán corresponder estos cofrades
que se inclinan ante vos besando respetuosamente su sagrado anillo pastoral.
Desde
la Nunciatura de Madrid se contestó el 6 de marzo a la cofradía, declinando, una
vez más, la invitación y animándola a que ésta designara a una autoridad para
que representara al nuncio: Me complazco en acusarle recibo de la atenta carta
con que Vd en nombre de esa Real Cofradía del Ssmo Cristo del Amor de su digna
presidencia se servía invitarme a los actos religiosos que por esa venerable
asociación se llevaran a cabo en este mes, rogándome, en caso de no intervenir
personalmente, de designar una persona que me representara. Agradezco vivamente
a Vd y a los amados cofrades esta atención, sintiendo mucho que no sea costumbre
de esta Nunciatura delegar personas que la representen en estos actos. Con el
deseo de que esos fervorosos cofrades encuentren en las próximas celebraciones
nuevo aliento o su espíritu de piedad y confían ser de alta edificación a los
demás fieles.
Finalmente,
las predicas del triduo recayeron en los padres agustinos, según la información
facilitada por La Unión Mercantil.
Para
los días 6 y 8, correspondieron al reverendo padre Andrés Pérez de Toledo; el
7, al reverendo padre Mariano Arconada; y el 8, la misa de comunión en sufragio
de los generales, jefes, oficiales, clase de tropa y soldados, estuvieron a
cargo del reverendo padre Celestino Elvira.
En la
procesión del Viernes Santo, 3 de abril, figuró en la presidencia, entre otras
autoridades, el reverendo padre Norberto V. Nieto, superior de la Orden
Agustina, y los padres Isaac Sahagún Padierna, Fortunato Merino, Celestino
Elvira, Juan Izaguirre y Saturnino Casas.
CONSIDERACIONES
No se
puede poner punto y final a estas líneas sin antes realizar dos
consideraciones. La primera, que la reconstrucción de este minúsculo pero
interesante período de la historia de la Cofradía del Amor ha sido posible
gracias a que toda la correspondencia transcrita en estas líneas se conserva en
los fondos documentales del Archivo Secreto Vaticano; y, la segunda, es más
bien paradójica, porque es notorio que la actual corporación penitencial del
Viernes Santo, a cuyo frente se encuentra María del Carmen Ledesma Albarrán,
lejos de ser casi insignificante por lo que hablaba el hoy santo Manuel
González, es una de las más relevantes del concierto procesional malagueño,
destacando por sus desvelos en cuanto a la caridad y a la formación religiosa
de sus hermanos.
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