jueves, 8 de marzo de 2018

PSICOEDUCACION EN EL TRASTORNO BIPOLAR (XV)

Con respecto al nivel de funcionamiento del paciente, que también constituye un indicador de la evolución, Clarkin y cols. 1998, en una intervención de 25 sesiones psicoeducativas dirigidas a pacientes bipolares y a sus parejas, señalaron la eficacia del tratamiento en la mejora del cumplimiento farmacológico y del funcionamiento general de los pacientes. Previamente, los mismos autores habían señalado la utilidad de seis sesiones de intervención familiar sobre la mejoría de la sintomatología y del funcionamiento sociolaboral de un grupo de pacientes bipolares de sexo femenino (Clarkin y cols., 1990).
Otros estudios han señalado la utilidad de la intervención familiar psicoeducativa en la mejora de los conocimientos de los familiares y de la comprensión mutua entre familiares y pacientes (VanGent y Zwart, 1991), así como en incrementar las interacciones positivas (Simoneau y cols., 1999). Honig y cols. 1995, 1997 señalaron la eficacia de 6 sesiones psicoeducativas dirigidas al paciente y a su pareja o referente significativo en la reducción de la emoción expresada. Otros autores han remarcado la utilidad de la intervención familiar en mitigar el efecto que la EE puede tener sobre la sintomatología del paciente (Kim and Miklowitz, 2004).

Con respecto a los efectos de la intervención sobre la carga familiar, Clarkin y cols. (1990) hallaron que la intervención mejoraba la actitud hacia el paciente y la carga en familiares de pacientes bipolares en comparación con los familiares de pacientes unipolares. Un reciente estudio (Bernhard y cols., 2006) también señala la utilidad de la psicoeducación familiar sobre la reducción de la carga, lamentablemente dicho estudio no cuenta con un grupo de control.

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